in

KAT BROWN: NO ES LO MISMO IGUAL, QUE MUCHÍSIMO MÁS DE LO MISMO

Superiberia

  • En general, registros históricos dan cuenta de lo difícil que resulta transformar la formación socio-económica dominante, más cuando quienes se lo proponen congenian entre lo que está y lo que debe ser guiados más por conservar lo dado, que por trastocar las raíces del problema.
  • En contraste, la Población Económicamente Activa (PEA) nacional cifra 53 millones, de los cuales la enorme mayoría ingresa de 1 a menos de 5 salarios mínimos.

Alejandro Solís
Columnista

De la serie: más de lo mismo 2/18-24
A la par de resultar un fiasco en manos de tecnócratas neoliberales, la malograda transición del 2000-2012 incrementó la ola de sangre que no cede a la fecha, a pesar de la cesión jurídica Constitucional a favor del capital financiero signada por las reformas estructurales de Peña Nieto.
Simulación y violencia de origen. Las relaciones de propiedad y producción constituidas no se desligan del modo de vida y trabajo establecido: en atención a peculiaridades de época, sociedad y personajes, sus expresiones citadinas varían.
En general, registros históricos dan cuenta de lo difícil que resulta transformar la formación socio-económica dominante, más cuando quienes se lo proponen congenian entre lo que está y lo que debe ser guiados más por conservar lo dado, que por trastocar las raíces del problema.
La evolución de la realidad nacional toma rumbos encaminados por la ideología dominante a través de sus corifeos, que nos llevan al absurdo de suponer avances en dosificación de cambios estridentes.
De todas las simulaciones y violencias, la peor, oculta. Sexenios y jefes máximos de la administración gobernante han pasado sin lograr su promesa de acabar con la miseria, pues la inequidad no cifra a favor de los pobres, sino de la marcada concentración y centralización de la riqueza en un pequeño núcleo calculado por OXFAM en el 1% de 130 millones de mexicanos agrupados en fondos de inversión.
Un millón trecientos mil personas forman ese estamento adinerado que controla los grandes medios de producción, distribución y consumo, vinculados estrechamente al capital financiero internacional. La Comisión Nacional Bancaria identifica 7 grupos financieros dominantes en México. BBVA Bancomer, Citibanamex, Santander, Banorte, HSBC, Scotiabank e Inbursa, con presencia en: Zcap3, SMALTA 2B, BBVA XJP, Navigator, Acti500B1, Cibolsa, Prinftr, Tasaa1.
Plataforma VIP, rodeada de pobres. En contraste, la Población Económicamente Activa (PEA) nacional cifra 53 millones, de los cuales la enorme mayoría ingresa de 1 a menos de 5 salarios mínimos.


Muy pocos empleados y trabajadores ganan más de cinco salarios mínimos, y poquitísimos obtienen más de treinta mil pesos mensuales, que es más o menos el equivalente del salario mínimo en los países desarrollados.
Por sobre lo que ingresemos y gastemos al día, una inevitable suma indica nuestra verdadera riqueza o miseria: la deuda nacional.
Podemos ingresar dinero de manera normal o anormal, gastándolo en efectivo o a crédito adquiriendo bienes de consumo duradero o perecederos; éstos pueden ser de calidad o chatarra. Aún más: podríamos ahorrar o invertir en acciones o negocios exitosos, pero lo que no podemos evitar es que al final de la jornada, los números no cuadran a favor de los pobres.
Las cuentas nacionales resultado del ejercicio fiscal de los últimos cincuenta años suma once mil millones de pesos de deuda nacional, obligándonos a pagar el año entrante casi un billón por sus intereses, sin gozar de beneficios sociales, como la seguridad en tránsito, excelentes condiciones de vida y una vejez digna.
Nada sobre la deuda. En las primeras declaraciones del gobierno entrante, no hay señales sobre el tratamiento de los compromisos de deuda heredados. Guiándonos por el sentido común de quien calla otorga, los accionistas están de plácemes, pues la austeridad republicana no parece ajustar, prorrogar, afectar o suspender pagos por la deuda.
Por lo contrario, el rosario de intenciones que no tocan las relaciones de trabajo/capital, aumentan, se diversifican y ajustan cada vez más en sentido contrario al ofrecido.
Prometer no empobrece. En campaña, AMLO derramó decenas de promesas, destacando: primero los pobres liderando la Cuarta Transformación de la República; garantías constitucionales a la libertad y derechos individuales; terminar inequidades. educación laica gratuita del preescolar a la universidad; becas para los jóvenes, incorporándolos a la vida productiva con contratos temporales de aprendices, subsidiados por el Estado.
Asegurar el ejercicio honesto de la administración gobernante, barriendo la corrupción como escaleras: de arriba abajo. Fin de la impunidad y el fuero; tope al salario de 35 mil funcionarios de primer nivel: ninguno ganará más de 108 mil pesos mensuales. Descentralizar las secretarías gubernamentales. Respetar la independencia del poder legislativo y judicial.
Combatir la inseguridad atacando las cuentas bancarias y lavaderos de la delincuencia organizada. Perdonar sin olvidar. Nada con la mafia del poder. No mentir, no robar, no traicionar.


No ocupar Los Pinos, convirtiendo la residencia en un espacio cultural. Evitar gastos suntuarios en su persona y familia. Concilia con su esposa la clausura de la ornamental figura de “Primera Dama”. Ninguno de sus familiares ha de trabajar en el nuevo gobierno. Suspender el pago de pensiones a expresidentes y otras prestaciones.
Establecer una relación soberana con los Estados Unidos, en especial con el gobierno de Donald Trump, para favorecer el TLCAN y a los inmigrantes. Crear una zona de seguridad de 30 kilómetros en la frontera norte para controlar y evitar el paso de inmigrantes mexicanos y latinoamericanos al país norteño; desarrollar fuentes de trabajo en todo el país para arraigar a la gente en su lugar de nacimiento, evitando la pena obligada de migrar en pos de fuentes de vida.
Aumentar el salario mínimo por lo menos al doble en los primeros años. Asegurar el servicio de internet gratuito en espacios y edificios públicos, escuelas, carreteras, hospitales. Profesionalizar las vías de comunicación del Istmo de Tehuantepec y construir el tren peninsular Cancún/Palenque.
Analizar la crisis del sector energético y condiciones de contratos de las rondas petroleras; modernizar refinerías y construir dos más para producir nuestras propias gasolinas, aceites abastecer el mercado nacional y exportar. Sostener el precio actual de las gasolinas y diesel. No subir impuestos.
Garantizar el derecho a la salud. Consulta popular de temas trascendentes; plebiscito y revocación de mandato. Echar a andar los acuerdos de San Andrés, investigar a fondo los crímenes de Ayotzinapa, Tlatlaya, Nochixtlán, abatiendo la criminalidad, retornar el ejército a los cuarteles junto con el Estado Mayor presidencial.
Plantar un millón de hectáreas de árboles maderables y frutales, pero no del vivero de Romo. Últimamente hasta prometió devolver sus espacios periodísticos a Aristegui y Gutiérrez Vivó.
No será más de lo mismo. De todas sus promesas de AMLO destacamos una por resultar la más sencilla e imposible de lograr: “no será gatopartidismo”, simulando cambiarlo todo para que todo siga igual. Sin embargo, todo indica un tempranero incumplimiento, ajuste y cambio de banderas electorales.
La chimoltrufia, vocero presidencial. Primero dijo que el nuevo aeropuerto iría a consulta, luego que no; ahora dice que siempre sí se hará el primer plebiscito para que todo el pueblo sabio indique cómo destrabar el entuerto que significa al 30% de avanzada una mala obra de ingeniería, con una inversión desbordada de 167 mil millones de pesos a 300 mil y un retraso de cuatro años.
Por tantos intereses ya comprometidos, anularla costaría al erario cien mil millones de pesos por pagos de indemnizaciones; sin omitir la inconveniente disposición de dos aeropuertos internacionales.
Sin importar el resultado de la encuesta nacional, tomada como pretexto servirá para ocultar su primer acuerdo con el Consejo Mexicano de Negocios: el NAICM va, sin importar lo que digan los de Atenco.
De luna de miel rara, a matrimonio obligado. Sin cuadros formados por la pálida Morena, más la lista de compromisos adquiridos para lograr 30 millones de votos, suma a su gabinete a gentes de todos los grupos de poder económico y partidos políticos desplazados: Romo, Torruco, Claudio X González, Moctezuma, Bartlett, Ledo, Ebrard, Durazo, Cuevas, Encinas, Padierna, Martínez, Sánchez Cordero, Ovalle, Chigul, Valencia, Peña Nieto…
Todo apunta a que la transformación ofrecida pasará a la historia más como arranque pasional de candidato en campaña, que programa de recambio igual a los de siempre, pero muchísimo más contra la siniestra.

CANAL OFICIAL

Cientos de argentinos renuncian a la Iglesia Católica

Hombres armados persiguen a taxista