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  • Votaron 54 millones 975 mil 188 mexicanos, de los cuales 30 millones 113 mil 483 lo hicieron por la coalición triunfante. Un millón 570 mil 828 anularon su papeleta.
  • Los bajos salarios mexicanos son el aporte de la burguesía local al ciclo internacional del capital, origen verdadero de la falta de identidad Nacional, la miseria, la subordinación, el desamparo, la ignorancia y demás desigualdades de la sociedad mexicana.

Alejandro Solís
Columnista

Reconociendo la calidad excelente de la táctica desplegada por el Estado al canalizar hacia un redil conveniente demandas sentidas de la población, un dilema pesa sobre nuestra conciencia: ¿merece recibir el beneficio de la duda durante los tres próximos años, el Virtualmente Electo Presidente?
Sí, en el País de Nunca Jamás. Quienes gustan de nociones republicanas platónicas ideales, podrían gozar de un período de gracia entre la realidad que niegan y la que labran entorno de una rara elección democrática vivida en coto cerrado.
No, en el País Endiablado de Yeidckol.- “30 millones de mexicanos no se pueden equivocar: ya no tiene sentido aislarse con la idea del todo o nada” (Alejandro Solalinde).
Cuando el activismo es abrumado por acuerdos, pactos y componendas secretas, resulta inmoral no opinar diferente así sea contra la opinión de buenas almas aconsejando acciones torcidas a quienes tratarán de mediar, omitiendo casos errados de muchísimos más millones ayudando a promotores del Holocausto, o a quienes ensalzaron en su momento al Trump.
30 sólo son una tercera de 90. De 124 millones de mexicanos vivos, 90 millones 106 mil 946 integramos el Padrón Electoral 2018.
Votaron 54 millones 975 mil 188 mexicanos, de los cuales 30 millones 113 mil 483 lo hicieron por la coalición triunfante. Un millón 570 mil 828 anularon su papeleta.
35 millones 130 mil 858 se abstuvieron. Estos, añadidos a los votos contra Morena hacen un total de 61 millones 563 mil 391 aztecas que le dijeron NO. Más del doble.
Una tercia puede ser terca. Sólo uno de cada tres favoreció a AMLO, lo cual ya alimenta un reclamo Nacional: ¿cómo le hizo Morena para hacerse del poder legal en menos de cuatro años?
En tres meses últimos sumó miles de militantes, adherentes y aliados coyunturales corrompiéndolos al ofrecerles candidaturas a diestra, siniestra y a la vista de todos, incluidos el INE, el Tribunal Federal Electoral y politólogos expertos.
Milagrosa multiplicación de los Pejes. Al inicio de la campaña electoral, el INE checó, ajustó y registró las listas de los militantes de los partidos contendientes: Morena, 319,449; PT 513,315; PES 244,388; PAN 378,838; PRD 5,254,778; MC 468,946; PRI 6,368,763; PVEM 308,224 y PANAL 657,864.
Promediando la cantidad de militantes activos con los votos obtenidos, -¡albricias!: cada militante de Morena se reprodujo en 28, del PAN en 2, y, del PRI en 1 y cuarto.
PRIMORPAN. Un clásico del oportunismo político se hizo realidad: masas conducidas por el dolor, el rencor, el placer y sin ganas de salirse del presupuesto público, se volcaron a la nueva área de oportunidades, dándole vuelta al PRI, que pagó cara imposición legal del modelo neoliberal.


Morena. Apología del delito. Propició la fuga de operadores rivales ofreciéndoles perlas de la virgen, tabiques de poder gubernamental. Sacrificando principios de identidad, reprodujo la traición, la deshonestidad y el engaño al pueblo, cobijando mercenarios reconocidos, procesados, vetados.
Miente López Obrador cuando informa que solo negoció dos posiciones durante la campaña: Monreal como coordinador del Senado y Vasconcelos para Secretario de Relaciones Exteriores; cargo éste cedido al grupo de Marcelo Ebrard, presidenciable para el 2024. El PES y el PT obtuvieron cada uno el 25% de las candidaturas en juego.
Tilcuate: ¿Cuánto necesitan para hacer su revolución?, tal vez yo pueda ayudarlos. Así, la charada pacífica amorosa del PRIMORPAN, huele más a pasiflora digitalizada del descontento social negociada en sótanos de Estado, que, a Cuarta Transformación de la República.
Adorado enemigo necesario. Los políticos de oficio se reparten el poder según su efectiva capacidad de control de masas, prohijados por el Estado, son sostenidas con fondos Hacendarios.
Este maridaje estructurado, descarta su autonomía, independencia y libertad anti-sistémica. El PRI, abrumado por la corrupción ya no cumplía con ese triste papelón; y, así, ha sido descartado.
Ideología de la Hegemonía. Desde 1917 los modelos económicos del Imperialismo se propusieron una sociedad democrática liberal para enmascarar su férrea presencia monopolista mundial, resultado una sociedad humana cundida de pobres desempleados, subempleados y explotados ganando miserias por jornada laboral, rodeando al 1% de los privilegiados (OXFAM). A 100 años de injusticias reiteradas, hasta la repulsa de los propios se ganaron.
Hegemonía de la explotación. La República fue invadida por usufructos privados cada vez más concentrados y centralizados, al punto de propiciar actos criminales de corrupción en la contrata de obra pública, como en Pemex, Odebrecht y la Autopista Express. Ocultando como “secretos de Estado”, crímenes de lesa humanidad como Ayotzinapa, la Guardería ABC; o, el usufructo de cuotas sindicales realizado durante décadas por líderes espurios.
La legalidad, no legitima en automático. La corrupción alrededor de la “Estafa Maestra”, del ostentoso insulto de la “Casa Blanca”, del cabildeo, propicia deuda nacional improductiva: si bien hace ratas felices, desacredita al sistema en su conjunto, obligándolo a reciclarse periódicamente, sin éxito.
Ideología educativa torcida. Uno de los ejemplos más sentidos es el sistema educativo nacional.
Hasta 1968 era esencial que los niños, adolescentes y adultos jóvenes fueran educados con principios filosóficos, éticos y políticos democráticos críticos, científico y populares; lo cual gestó posiciones sociales y contradicciones antagónicas entre capital y trabajo.
Instalado el modelo neoliberal con apoyo del SNTE, la simple capacitación para el trabajo desbancó aquellos principios educativos de los planes y programas de estudio de la SEP, a partir de 1974.
Por el bien de todo, primero los niños. Registros de 1986 documentan la inclusión oficial en el sistema educativo nacional de un concepto falaz, totalitario, tecnocrático, como eje rector para la educación de los mexicanos: la calidad educativa, centrada en la evaluación técnica de los aprendizajes.
Capacitación de calidad para el trabajo mal pagado. Operando los “Acuerdos de Bucareli” signados para destinar al México subdesarrollado y dependiente, treinta años han pasado desde que se impusieron los conceptos de calidad y otros afines, como “competencias” y “capacitación de emprendedores”.
Destruyendo preceptos. Los bajos salarios mexicanos son el aporte de la burguesía local al ciclo internacional del capital, origen verdadero de la falta de identidad Nacional, la miseria, la subordinación, el desamparo, la ignorancia y demás desigualdades de la sociedad mexicana.
Hegemonía de la Ideología. El pensamiento egoísta, egocentrista domina al conjunto de la escuela mexicana.
Quienes impulsan otras formas educativas ligadas a las necesidades espirituales y materiales del pueblo, son pateados y descalificados en Oaxaca, Chiapas, Estado de México y Michoacán.
Contradicciones verbales, auguran confrontaciones seguras. En esa realidad Nacional, cuando escuchamos a miembros del gabinete virtualmente electo referirse a echar atrás la Reforma Educativa por ser más punitiva y laboral que educativa aplaudimos de dientes para afuera, pues su discurso de renovación invoca los mismos criterios de la educación impuesta con el argot empresarial de “calidad para el trabajo”, atrapados en el discurso del Capital: reproducir excesos mal calificados, para bajar su precio.
Si ni para los propios hay chamba digna asegurada en los países desarrollados, ¿qué espera a ilusionados parias errantes?
Observando críticamente. En medio de esa estrechez de futuro miramos el programa del Gobierno virtualmente electo limitado a reproducir lo mismo, incluido el alarido electoral reciente, resultado más de exigencias geo-políticas de austeridad impuestas desde los centros financieros internacionales, que del reclamo realmente organizado de las masas afectadas.
En su honor, esta columna deja de llamarse “Gatopardo”, para rotularse en inglés como Brown Kat, latinizado en el apóstrofe KAT BROWN: para usos metalingüísticos expertos, el renovado apodo en pachuco significa: -si está así de kat-brown la neta, ¿cuál es la brown-kat?

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