AGENCIA
Miami, Florida.- La tragedia sacudió a la comunidad de Miami tras confirmarse la muerte de María Camila García Molina, una joven madre de apenas 24 años, cuyo cuerpo fue hallado dentro de su vehículo cubierto con sábanas y con múltiples heridas por arma blanca. El principal sospechoso del feminicidio es su ex pareja, el influencer Joy Chandra Nath, quien enfrenta cargos por asesinato en segundo grado y abuso infantil.
La policía fue alertada luego de que una menor de 3 años -hija de la víctima- fuera encontrada deambulando sola por las calles con la ropa manchada de sangre seca. Un vecino la identificó y la llevó con su abuela, quien, tras confirmar que la niña no presentaba heridas, dio parte a las autoridades al notar la desaparición de su hija.
La Unidad de Víctimas Vulnerables de Miami-Dade localizó el vehículo de María Camila y dentro encontraron su cuerpo con heridas en el cuello, brazos y torso. Posteriormente, el Departamento de Bomberos confirmó el deceso de la joven.
Según el testimonio de la menor, su madre fue golpeada por Nath en la cabeza y desde entonces “no despertó”. Este testimonio fue clave para avanzar en las investigaciones. Las autoridades también confirmaron que María Camila había solicitado una orden de restricción contra Joy Nath tras un historial de acoso y violencia.
Además, se supo que semanas antes del crimen, la víctima y su nueva pareja fueron confrontados por Nath en el Dolphin Mall, donde el influencer protagonizó una escena pública de celos.
El presunto homicida fue encontrado rondando la escena del crimen en un automóvil Lexus negro, donde transportaba pertenencias de la víctima, incluido su teléfono y documentos de identidad. Al ser detenido, presentaba rasguños en los brazos y moretones en el cuello, signos que apuntan a un forcejeo reciente.
Nath declaró que se habían reunido para comer en el restaurante Casavana Cuban Cuisine con el fin de “terminar la relación en buenos términos”, pero los hechos indican lo contrario.
Mientras las investigaciones continúan, el caso ha generado gran indignación, sobre todo por el papel que jugó la pequeña de tres años en la reconstrucción de los hechos. La sociedad exige justicia por María Camila, una vida truncada por la violencia que debió ser evitada.
