

AGENCIA
París, Francia.- La polémica sacude al boxeo olímpico luego de revelarse que la argelina Imane Khelif, ganadora del oro en los Juegos Olímpicos de París 2024, es biológicamente del sexo masculino. Una filtración de sus exámenes médicos practicados en un laboratorio certificado en Nueva Delhi confirma que Khelif tiene un cariotipo XY, niveles elevados de testosterona y una condición conocida como deficiencia de alfa 5 reductasa, exclusiva del sexo masculino.
El informe, publicado por el portal 3 Wire Sports, detalla que Khelif carece de útero, tiene gónadas en los canales inguinales y un micropene con apariencia de clítoris. Todos estos elementos fueron ignorados por el Comité Olímpico Internacional (COI), que la dejó competir en la rama femenil, pese a que la Asociación Internacional de Boxeo (IBA) ya la había descalificado en 2023 por no cumplir con los requisitos de elegibilidad.
Este caso expone una preocupante contradicción: Los exámenes científicos confirmaban que Khelif no debía pelear en la categoría femenil, pero se le permitió participar y ganar, afectando la equidad y seguridad del resto de las competidoras.
World Boxing, el nuevo organismo regulador del boxeo olímpico, reconoció el error y se disculpó con la Federación de Boxeo de Argelia por mencionar directamente a la atleta al anunciar que a partir del 1 de julio todos los boxeadores mayores de 18 años deberán someterse a pruebas genéticas obligatorias para determinar su sexo biológico.
El Centro de estudios médicos que realizó los exámenes también explicó que el crecimiento en nuevas inversiones dentro del boxeo exige claridad, transparencia y justicia. El caso de Khelif, lejos de ser una excepción, abre un debate urgente sobre la falta de controles y la negligencia institucional ante casos donde la diferencia biológica es evidente.
Mientras Khelif se prepara para defender su medalla en Los Ángeles 2028, federaciones y atletas ya han comenzado a alzar la voz, exigiendo que se corrija una decisión que nunca debió tomarse.
