


México- Inicia este lunes 1 de diciembre el tercer año de la actual adminis- tración, y el presidente Enrique Peña Nieto y su secretario de Hacienda, Luis Videgaray, no tienen idea de cómo hacer que la economía nacional salga del letargo en el que el propio Gobierno la metió.
En los primeros dos años demostraron que es muy fácil hacer cuen- tas alegres y prometer, y culpar al entorno externo cuando los pronósticos fallan y errados son los diagnósticos.
Desde antes, inclu- sive, en el caso de Peña Nieto, quien durante la campaña presidencial no se cansaba de asegu- rar que en su Gobierno la economía mexicana superaría, mínimo, tres veces el raquítico creci- miento de 2 por ciento de las últimas décadas.
Nunca se atrevió a citar cifra concreta alguna, pero era claro que aspiraba a un crecimiento económico de al menos
un seis por ciento anual.
Y Videgaray, desde el inicio de su gestión como ti- tular de Hacienda, para jus- tificar la necesidad de las re- formas estructurales, hacía graves diagnósticos y des- cribía dramáticas fotografías de la situación económica, para decir que con aquellas se superaría el “mediocre crecimiento económico de los últimos 30 años”, de ape- nas un 2 por ciento.
Tendrá qué hablar aho- ra, sin temor a equivocarse, del “mediocre crecimiento de los últimos 32 años”.
Porque, en efecto, en los dos primeros años del Go- bierno, que culminaron este domingo, la economía na- cional ha naufragado triste- mente en una mediocridad más profunda.
Y eso, sin que haya mediado una crisis severa como las de 2008-2009 y 1994-1995, y sin que se haya registrado un cambio traumático de administración, como en los tiempos del PRI antes de los gobiernos panistas.
Quedó claro ya que en 2014 una serie de factores ex- ternos e internos se conjuga- ron, al mismo tiempo, para dar al traste con la economía, las exportaciones no petrole- ras; bajaron dramáticamen- te las remesas y se derrumbó el sector de la construcción.
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