A Través de la historia política de Veracruz, han desfilado al frente de los Gobiernos Municipales o Estatales, infinidad de personajes donde muchos de ellos han desempeñado un papel aceptable en lo general, pero así también nos hemos encontrado con otros que han delinquido al encontrarse con mucho dinero a la mano, haciendo uso de él sin mayores miramientos, más que la ambición desmedida del enriquecimiento ilícito que los convierte en delincuentes políticos.
Así encontramos también a individuos que en su infancia fueron frustrados por la pobreza, y al llegar a ubicarse a través del tiempo y los estudios que realizaron, en la clase política, donde hacen alarde de una aparente preocupación por los pueblos que representan, pero finalmente su objetivo es amasar fortunas con fondos mal habidos, sin importarles dejar en la desgracia a seres humanos que alguna vez creyeron en ellos.
En el Estado de Veracruz se ha sentido ese fenómeno en la clase política, y así encontramos hombres y mujeres que cayeron en el abismo de la ambición desmedida, destrozando rancherías, pueblos, ciudades, Distritos y el Estado mismo, pero parece que ellos gozan con la pobreza que generan con esas actitudes.
De ahí, se cree que hace falta que en los requisitos que debe cubrir un candidato a cualquier puesto de elección popular, están los estudios psicológicos, psiquiátricos y otros, para establecer un perfil de esos personajes aspirantes, y así descubrir si hay anomalías, defectos, que puedan influir en la conducta de ellos, y más si van a estar al frente de la vida de un conglomerado que desea tener una vida tranquila y de progreso, para bien de sus familias.
La conducta en la clase política es muy importante, pues de ella depende la forma en que se va a conducir en el delicado e importante trabajo que va a desarrollar, porque va de por medio el bienestar de los gobernados, desafortunadamente hasta hoy ha dejado mucho que desear, y más cuando en comicios electorales les arrebatan el mando, seguramente piensan ahora a dónde irán a seguir amasando más fortuna.
Por lo que es necesario que se modifique la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la local de Veracruz, el Instituto Nacional Electoral y todos aquellos documentos que se refieran a movimientos electorales, para que se exija que todo aquel contendiente a puestos de elección popular, deba hacerse estudios conductuales, psicológicos, psiquiátricos, etc., que manifiesten que está en condiciones saludables para desempeñar importantes cargos.
Lamentablemente eso no existe en México, que sepamos, pues aparte de lo anterior, nuestro país, nuestro Estado, ha tenido gobernantes enfermos del cerebro, alcohólicos, con raras desviaciones conductuales, que ha hecho en algunos casos verdaderas crisis como gobernantes, que han repercutido grandemente en los gobernados, que hasta ahora no han alcanzado un mejor estándar de vida, por esas razones y otras.
Ojalá que dentro del Congreso de la Unión, representado por los senadores y diputados federales, así como en los Congresos Locales, surja alguna iniciativa de parte de algún partido político, se someta a un punto de acuerdo y finalmente sea aprobada, para que se cumpla ese deseo de la ciudadanía de tener gobernantes en plenitud de sus facultades mentales, psicológicas, psiquiátricas, conductuales, etc.
Eso lo está pidiendo la ciudadanía del país, del Estado de Veracruz, de los municipios, para tratar ahora por todos los medios, un mejor resultado de las gestiones gubernamentales, y sería el pueblo el beneficiado, recordando que está integrado por niños, jóvenes, adultos, personas de la tercera edad y mayores, los que están deseando vivir mejor.
Sabemos que vivimos en un país donde impera la ambición, no importa cómo alcanzarla, pero es determinante que se busquen todos los caminos, que ahora están invadidos de muchas lacras, de muchas situaciones negativas, a las que deben seguirse combatiendo para alcanzar alguna vez la tranquilidad, la paz, la honestidad, la honradez, la felicidad a que tienen derecho los mexicanos, los veracruzanos, los cuenqueños, los Cosamaloapeños.
