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LA INCÓMODA ESCUCHA

Superiberia

Por: Andrés Timoteo  /  columnista

LA INCÓMODA ESCUCHA

Súbitamente y sin mediar explicación alguna el equipo del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, suspendió el foro de consulta “Por la pacificación y reconciliación nacional” que se realizaría en la ciudad de Xalapa el próximo 9 de octubre y que estaría presidido por Alejandro Encinas quien será subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación a partir de diciembre. La falta de justificación sobre esa cancelación ha generado un sinfín de especulaciones.

De acuerdo con el calendario dado a conocer el pasado 22 de julio, el foro en Xalapa debía ser el número quince de los 17 programados.  No obstante, de la larga lista de sedes apenas se han celebrado dos con difusión masiva que son el de Ciudad Juárez, el primero realizado el 7 de agosto y el otro en la Ciudad de México, el pasado 14 de septiembre. De este último se cambió la agenda porque originalmente estaba programado para desarrollarse en Nezahualcóyotl, Estado de México.

De los demás que se debieron realizar en Michoacán, Durango, Morelos, Guerrero, Baja California, Nuevo León, Coahuila, Puebla, Tlaxcala, Jalisco y Guanajuato no se sabe nada. Si se efectuaron, no trascendieron a la opinión pública nacional. Lo mismo con los 11 foros que se debieron efectuar del 29 de agosto al 19 de septiembre en centros penitenciarios y de reclusión juvenil para darle voz a quienes purgan sentencias o están bajo procesos judiciales.

Uno de ellos estaba agendado para celebrarse en el Centro de Internamiento Especial para Adolescentes (CIEPA) ubicado en el poblado de Palma Sola, perteneciente al municipio de Alto Lucero, pero o no se hizo o no tuvo cobertura de prensa. Nadie sabe y nadie supo si fue realizado o quedó simplemente en agenda sin cumplir.

Lo que si es cierto es que en los dos foros que tuvieron amplia cobertura mediática -en Ciudad Juárez y en la Ciudad de México- retumbó la negativa de las víctimas de la violencia y de sus familiares para aceptar la propuesta del tabasqueño López Obrador de perdonar a los criminales. A gritos, la mayoría de los congregados repudiaron la intención de conceder la amnistía a los jefes de los carteles del narcotráfico, a secuestradores, torturadores, asesinos y desaparecedores de personas.

Especialmente en el último foro realizado en el Centro Cultural Tlatelolco de la capital del País, la muchedumbre gritó su inconformidad frente al mismo López Obrador quien tuvo que aguantar las consignas en contra de su llamado al “Olvido no, perdón sí” pues le recalcaron la exigencia de los violentados: “Ni perdón ni olvido”.

A lo largo de la historia de la humanidad, los sabios que han ostentado el poder -porque no todos los gobernantes han tenido sabiduría, la mayoría han sido tremendos granujas- coinciden en que escuchar al pueblo siempre es un riesgo. En la antigua Roma se decía que el pueblo es una masa inestable, voluble, maleable, pero de vez en cuando incontrolable. El pueblo puede transformarse en turbamulta y está es un “animal indetenible que embiste todo”.

López Obrador, experto en encantar multitudes durante sus 18 años de campaña, tuvo que aguantar el reclamo de las víctimas. Tal vez por eso la mayor parte de los foros de consulta no se realizaron o no se pregonaron porque entre lo que pide el pueblo -verdad, justicia y memoria- y lo que ofrece el próximo gobierno -justicia en lo posible y amnistía para los genocidas- hay una discrepancia puntual y hasta ríspida.

Los foros hechos a la fecha no resultaron lo que esperaban los convocantes y quizás el riesgo de que éstos se desborden es la causa de achicar el calendario. Por lo menos tal es la duda razonable: lo incomodo de escuchar a las víctimas y que éstas sigan rechazando la propuesta de perdonar a los victimarios.

LA MADEJA EN EL SUR

El azar es raro en la actividad política y particularmente la casualidad es escasa cuando se producen eventos con patrones comunes y un hilo conductor hacia determinados personajes. Por eso no hay que perder de vista la serie de escándalos judiciales que apuntan a Coatzacoalcos, al sur del estado, porque enhebrándolos dan pista de lo que habría tras los telones políticos y mediáticos.

Hace dos días se supo que un empleado de la Dirección Municipal de Deportes en ese ayuntamiento, Jairo Jafet Dzib Lara, planeó el secuestro de su exnovia, la estudiante Leslie Bucio en Boca del Río, rescatada de una ‘casa de seguridad’ el lunes pasado en Xalapa.  El secuestrador Dzib Lara, según se dice, es protegido de la síndica Yazmín Martínez Irigoyen, a su vez incondicional de la senadora zacatecana Rocío Nahle García.

Pero la señora síndica se cuece aparte, aseguran los lugareños. En marzo pasado una abogada que fue víctima de secuestro acusó públicamente a Martínez Yrigoyen de ser la autora intelectual de la agresión y usar frecuentemente a delincuentes para atacar a sus opositores. (http://www.jornadaveracruz.com.mx/Post.aspx?id= 180322_085833_056)

Algo raro sucede con Martínez, cuentan los sureños, porque desde que un grupo armado “levantó en enero pasado al entonces director municipal de Ingresos del mismo ayuntamiento, Elías Gutiérrez Gordillo, la síndica contrató inmediatamente guardaespaldas personales por temor a estar en la mira de la mafia. Ni siquiera el alcalde, Víctor Carranza se apresuró a tener guardia personal. ¿Por qué será?

El secuestro de Gutiérrez Gordillo fue el primer hilo de la oscura madeja en el sur de la entidad. Desde el gobierno estatal se dijo que el funcionario andaba en la parranda, pero el alcalde Carranza y los voceros del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) -entre ellos Rocío Nahle- mantuvieron que fue un secuestro de la mafia, pero a la vez y extrañamente no continuaron con el tema, el caso no terminó en denuncia formal y Gutiérrez se retiró del cargo y de los reflectores.

Más tarde, en el mes de mayo y en plenas campañas electorales, Jonathan Cruz Santos, hermano de la entonces candidata a la diputación federal por el distrito 11, Tania Cruz -hoy legisladora en funciones- fue denunciado por la violación sexual de una menor de 15 años. Cruz Ramos quien manejaba el sector juvenil en Morena se dio a la fuga y por maniobras de la entonces diputada federal, Nahle García, no se le tocó.

La cronología se complementa con lo sucedido a principios de este septiembre cuando Aarón Azahel Ayuso Collins, hijo de la directora de Programas Sociales del ayuntamiento de Coatzacoalcos, Sandra Collins Coronel, fue asesinado junto con su esposa por un grupo de sicarios al salir de su domicilio. Como todos saben en el sur, la señora Collins es operadora de la zacatecana Nahle.

La futura secretaría de Energía quiso darle un viraje político al asesinato de Ayuso Collins y en un tuit aseveró que “en Veracruz, si no estás identificado con una línea política entonces empiezas a tener acosos, denuncias, señalamientos y, hoy, ya llegamos a un lamentable asesinato. Podríamos pensar que se trata de violencia política”.

Sin embargo, el periodista Mussio Cárdenas, quien conoce el pulso político-judicial de la zona sur, reveló lo que estaría detrás de la ‘ejecución’ del hijo de la funcionaria municipal. En una columna titulada “Aarón, Kristell, Morena, la yerba y el crack”, expone los supuestos vínculos la pareja con el crimen organizado. El enlace del texto es: http://mussiocardenas.com/informe-rojo/115357/aaron-kristell-morena-la-yerba-y-el-crack.

Así, al menos tres de los cuatro casos expuestos tienen como patrón al ayuntamiento de Coatzacoalcos, encabezado por Víctor Carranza Rosaldo, compadre de Rocío Nahle, pero todos tienen relación directa con Nahle García. El edil Carranza siempre ha sido cuestionado en su haber ético. El año pasado, durante su postulación como candidato a la alcaldía, el sacerdote Alejandro Solalinde lo señaló como uno de los personajes corruptos que había infiltrado a Morena. Pese a tal acusación, Morena lo mantuvo como candidato debido a las maniobras de su comadre Rocío Nahle.

Entonces, hay que mirar en perspectiva para ubicar hacia donde conducen los hilos: a dos personajes, Víctor Carranza y Rocío Nahle, que son los comunes denominadores de estos escándalos mediáticos y judiciales -y con trasfondos oscuros – Los bien enterados pronostican que vendrán más casos bochornosos pues éstos apenas son la punta del ovillo. El clan Nahle-Carranza le provocará muchos dolores de cabeza al gobernador entrante, Cuitláhuac García, y a su partido. Solo es cuestión de tiempo.

ANTORCHAZO EN XALAPA

En Xalapa, otro alcalde de Morena, Hipólito Rodríguez Herrero también dará muchos problemas al próximo mandatario pues tiene molestos a todos. Ahora la organización Antorcha Campesina le ‘declaró la guerra’ y anuncia movilizaciones que desbordarían la capital del estado. Los antorchistas acusan al edil de no aplicar 74 millones de pesos que fueron gestionados por legisladores afines a la organización.

Los recursos no aplicados iban a ser utilizados para diversas obras en las colonias populares donde tiene presencia la agrupación, pero tuvieron que ser regresados a la Federación por la omisión del edil. El proceder de Rodríguez Herrero, dicen, fue por venganza política pues la organización ha participado en marchas de protesta en su contra y especialmente en el bloqueo al edificio del ayuntamiento durante varios días, acción que fue calificada por el alcalde como “el secuestro del palacio municipal”

Según los amagos en Xalapa se dará una medición de fuerzas entre las banderas marrón de Morena y rojas de Antorcha Campesina ya que ésta última promete “paralizar el estado y principalmente la capital con la toma del palacio municipal”. La pregunta del millón de dólares es: ¿las huestes de Morena saldrán en defensa del alcalde Hipólito Rodríguez cuando se le aparezcan los antorchistas? Hagan sus apuestas, pero todo apunta a que dejarán solo al edil que ya consideran un lastre.

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