


De la redacción
El Buen Tono
Orizaba.- En un discurso que raya en lo absurdo, el presidente municipal de Orizaba, Juan Manuel Diez Francos, volvió a negar la existencia de extorsiones y cobro de piso en la ciudad, justo después del homicidio de un comerciante de origen asiático, ocurrido el pasado domingo.
Con tal de proteger la imagen turística de Orizaba, el edil aseguró que es una ciudad “100 por ciento segura” y se deslindó de su responsabilidad al afirmar que el caso corresponde únicamente a la fiscalía general del Estado (FGE). Sus declaraciones provocan críticas por minimizar violencia contra negocios pequeños y vulnerables. “Yo he recorrido y platicado con las cámaras… me han comentado que no hay extorsión ni cobro de piso”, insistió el alcalde. Los pequeños comerciantes y mercados locales sufren la delincuencia sin apoyo del ayuntamiento.
Minimizar un asesinato y compararlo con delitos ocurridos en “ciudades internacionales” es, en los hechos, normalizar la violencia en Orizaba. Con ello, Diez Francos evade su papel como principal responsable de la seguridad preventiva y deja a la ciudadanía a merced de la criminalidad.
La investigación del homicidio sí corresponde a la FGE, pero la prevención, la inteligencia policial y la generación de condiciones para que las víctimas denuncien son tareas que competen al ayuntamiento. Y en ese frente, la respuesta del alcalde ha sido una sola: negar la realidad.
La postura de Juan Manuel Diez Francos confirma que gobierna más preocupado por la postal turística y el espectáculo mediático que por la vida y seguridad de los orizabeños. Al negar el cobro de piso y minimizar un asesinato, opta por blindar su “ciudad de fantasía” en lugar de enfrentar la violencia real que cobra víctimas.

