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La tradición del Día de Muertos

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Córdoba.- El aroma a copal que desprende al prenderlo, el camino amarillo por la flor de cempasúchil y los ricos manjares colocados en una mesa, es una hermosa invitación a desayunar, comer o cenar, para la gente que se fue al más allá.

El Día de Muertos empieza y con ello, toda una gran variedad de platillos, aromas y sabores para los que se fueron y los que continúan en este paso por la vida.

Las ofrendas se colocan desde los lugares más humildes, hasta los más ostentosos, en donde no puede faltar lo primordial, la luz, el agua y el pan, principales elementos que caracterizan al altar, dándole alimento y calor de hogar.

Mezcla de sabores y de ilusiones, que desata esta fecha tan grata y esperada por las familias mexicanas, en donde no pueden faltar los platillos favoritos de los difuntos y las bebidas típicas de ellos.

El mole, tamales, chocolate, aguardiente, la flor de cempasúchil y el copal, son los protagonistas de estas ofrendas, que dan calor de hogar a los vivos y muertos; un lugar que semeja el descanso y la tranquilidad para los seres amados que se fueron y que en las fechas de octubre y noviembre, regresan a la tierra, para ser parte de sus familias por escasos momentos.

Hoy la tradición de las ofrendas, va más allá de los hogares, el tributo a los difuntos, se hacen en casas, templos y principalmente en las escuelas.

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