

AGENCIA
Alejandría, Egipto.- A finales de la década de 1990, un hallazgo arqueológico submarino revolucionó la comprensión del Egipto helenístico: El Palacio de Cleopatra VII fue descubierto sumergido frente a la costa de Alejandría por un equipo liderado por el arqueólogo marino francés Franck Goddio. Este sitio, que data de hace unos 2 mil años, pertenece al período ptolemaico, cuando Cleopatra gobernó entre el 51 y el 30 a.C.

El descubrimiento reveló una vasta área de ruinas que alguna vez conformaron parte del esplendor de la antigua ciudad portuaria. Entre los restos hallados se encuentran estatuas colosales, columnas de granito, monedas, joyas, cerámica y numerosos artefactos en excelente estado de conservación, que ofrecen una ventana única al arte, la arquitectura y la vida cotidiana bajo el reinado de la última faraona de Egipto.
Los arqueólogos creen que una combinación de factores naturales, como terremotos, hundimientos del terreno y posiblemente un tsunami, provocaron el colapso y posterior inmersión de esta parte de Alejandría, sepultando el palacio bajo el Mediterráneo.
Gracias a estas excavaciones, los especialistas han podido reconstruir parte del esplendor del Egipto ptolemaico y entender con mayor profundidad el legado político, cultural y simbólico de Cleopatra VII, figura clave en el final de la era faraónica.

El sitio submarino no solo destaca por su valor histórico, sino también por su impacto visual: Las aguas de Alejandría hoy albergan lo que alguna vez fue el centro del poder y el glamour de una de las mujeres más enigmáticas de la historia antigua.
