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Las propiedades ocultas de Rommel Pacheco: Mentiras patrimoniales, casas no declaradas y presunto despojo a Paola Espinosa

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AGENCIA

Yucatán.- El director de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), Rommel Pacheco Marrufo, ocultó durante al menos cinco años un conjunto de propiedades, flujos de dinero y operaciones inmobiliarias que omitió en sus declaraciones patrimoniales como funcionario público. Entre ellas se encuentra una casa que renta de manera habitual sin reportar ingresos y otra que, de acuerdo con la clavadista y doble medallista olímpica Paola Espinosa, obtuvo mediante presiones y amenazas tras terminar su relación de once años.

Las irregularidades detectadas violan la Ley General de Responsabilidades Administrativas, que obliga a los servidores públicos a declarar de manera veraz todos sus bienes y los recursos económicos derivados de ellos. Documentos del Registro Público de la Propiedad de Yucatán contradicen lo asentado por Pacheco en sus declaraciones de 2020 a 2025, tanto en su paso por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) como en su etapa como diputado federal y posteriormente como titular de la Conade.

La investigación permite establecer que Pacheco adquirió casas, terrenos y propiedades costeras cuyo valor actual asciende a millones de pesos, varias de ellas pagadas de contado a pesar de que sus ingresos declarados no respaldan ese ritmo de adquisiciones. Al menos cuatro bienes fueron ocultados durante su etapa en la Sedena, cuando presentó declaraciones iniciales y de modificación, y fueron incorporados hasta que asumió la dirección de la Conade.

Un patrimonio que no coincide

Según las declaraciones patrimoniales de Pacheco, él es propietario de una casa y un terreno en la localidad costera de San Crisanto, Yucatán. La primera, presuntamente de 180 metros cuadrados, y el segundo, de mil 231 metros, habrían sido adquiridos al Ejido de San Crisanto. Sin embargo, el Registro Público muestra otra realidad: El terreno corresponde en realidad a una casa ubicada en la calle 25, mientras que la supuesta casa simplemente no existe. La propiedad verdadera es un inmueble frente al mar conocido como Casa Chukum, una residencia de lujo con alberca, terraza y una figura de clavadista en el fondo de la piscina, diseñada explícitamente con la silueta del propio Pacheco.

De acuerdo con testimonios de habitantes del lugar, personal que administra la casa y registros de plataformas de hospedaje, Casa Chukum se renta de manera constante mediante esquemas que incluyen pagos en efectivo, ausencia de facturas y transferencias a una empresa intermediaria, lo que impide rastrear los ingresos reales que obtiene Pacheco por esa propiedad. La inmobiliaria que gestiona el inmueble recomendó no requerir facturas y favorecer pagos directos a una cuenta de la Comercializadora Jorshapi S de RL de CV, una empresa creada apenas en 2023 y que no permite establecer con claridad la relación comercial entre el deportista y la compañía.

Mientras las declaraciones patrimoniales del funcionario no reportan la renta ni los ingresos derivados de esa casa, su esposa, Yajaira Falla, publicó videos en redes sociales donde reconoce públicamente que el inmueble se renta desde hace años, que estuvo ocupado durante la pandemia y que la pareja lo ha mantenido como una fuente continua de ingresos.

El conflicto con Paola Espinosa

La historia se agrava con otro inmueble ubicado en el fraccionamiento Montecristo, una zona de alta plusvalía en el norte de Mérida. Registros oficiales muestran que la propiedad fue comprada en 2013 por Pacheco y Paola Espinosa por un millón 640 mil pesos. En 2017, tras la ruptura, Pacheco adquirió el 50 por ciento de la casa que era de Paola con una operación que, según la documentación, costó 820 mil pesos. Sin embargo, Espinosa asegura que ese monto nunca le fue entregado en su totalidad y que accedió a ceder su parte debido a presiones, amenazas y hostigamiento.

De acuerdo con Espinosa, Pacheco utilizó la promesa de matrimonio, la convivencia de años y una supuesta obligación legal para insistir en que ella debía entregarle la propiedad o enfrentar consecuencias legales que él mismo exageraba.

La clavadista afirma que, además de pagar casi por completo la casa de Montecristo, también adquirió en su totalidad otras dos propiedades en la Ciudad de México y Morelos, donde Pacheco apenas aportó pequeños montos. La presión emocional y el desgaste provocaron que Espinosa aceptara condiciones que hoy considera injustas, pues Pacheco tomó las propiedades, las declaró de manera parcial o errónea y ocultó su origen real.

Una especialista valuadora consultada por Proceso estimó que la casa de Montecristo tiene actualmente un valor aproximado de ocho millones de pesos. La supuesta compra de Pacheco por 600 mil pesos en efectivo representaría una adquisición por una fracción mínima de su valor real.

Bienes omitidos y discrepancias

El Registro Público de la Propiedad revela que Pacheco adquirió más inmuebles que no aparecen en sus declaraciones en los años en que trabajó en la Sedena. Entre ellos se encuentran casas en remodelación, terrenos en Puerto Progreso, un predio en la colonia San Pedro Cholul y una casa en San Esteban. Ninguno de estos bienes fue reportado en sus declaraciones como militar, donde debió transparentar todo su patrimonio.

Además, una casa ubicada en la calle 76 del centro de Mérida fue comprada una semana después de su boda con Yajaira Falla, pero en sus declaraciones aparece todavía como soltero. El inmueble tampoco está declarado de manera congruente con la información oficial.

Un patrón de compras de contado

Otro elemento que llama la atención es que prácticamente todas las propiedades fueron adquiridas de contado. Las montos van desde 20 mil pesos por una casa antigua en Tixkokob hasta cinco millones de pesos por un inmueble en el Club de Golf La Ceiba, adquirido en 2022 junto con su esposa. Aunque esa propiedad no está obligada a hacerse pública por tratarse de un bien en copropiedad y bajo régimen de separación de bienes, se suma al inusual volumen de bienes acumulados.

La trayectoria del funcionario, sus diferentes cargos públicos y su vida mediática como deportista olímpico contrastan con la ausencia de claridad en el origen de los recursos para tales compras.

La defensa de Pacheco

Consultado sobre las irregularidades, el director de la Conade respondió únicamente por escrito: “Los bienes que forman mi patrimonio están declarados y registrados conforme a la ley”. Afirmó que la información sobre adquisiciones es de consulta pública y declinó emitir más comentarios.

Sin embargo, los documentos revisados muestran contradicciones entre lo declarado ante las autoridades y lo que aparece registrado oficialmente.

Un testimonio que advierte

En su entrevista, Espinosa sintetiza la conducta que atribuye a su expareja: ambición, manipulación y una forma de operar centrada en obtener ventajas económicas a costa de terceros, incluida ella misma. Relató que durante su relación, Pacheco expresaba aspiraciones políticas y económicas que giraban en torno a manejar recursos públicos y ocupar espacios de poder.

Según Espinosa, Pacheco habló en distintas ocasiones sobre su deseo de llegar a la gubernatura de Yucatán, convencido de que en ese cargo “se roba bien”. Sus palabras, recuerda, eran una muestra del interés que desde joven mostraba por el dinero, más que por el deporte o la administración pública.

Las inconsistencias en las declaraciones patrimoniales de Rommel Pacheco, el ocultamiento de ingresos derivados de rentas, la simulación de adquisiciones y el conflicto con Paola Espinosa revelan un patrón de conductas que vulneran la ley y generan dudas sobre su idoneidad como titular de la Conade. El caso expone fallas en los sistemas de fiscalización y transparencia del patrimonio de los funcionarios, al tiempo que pone en evidencia una posible red informal de ingresos y propiedades que se mantienen fuera del escrutinio oficial.

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