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COATEPEC.-Jared André “N”, conocido como “La Tinga” o “La Mole”, de 32 años, no intentó huir inicialmente. En lugar de ocultarse, caminó por Coatepec, llevando en la mano una cabeza humana.
Repitió en voz alta la frase “limpié mi vergüenza” mientras sostenía el rostro sin vida de Manuel “N”, alias “El Lyn”, un hombre sexagenario al que acusó de haberlo violado un año antes.
Avanzaba con ese “trofeo” humano guardado en un morral, como culminación de una venganza planeada durante tiempo.
Su arresto ocurrió poco después, cuando él mismo señalaba el lugar donde había abandonado el cuerpo mutilado de Manuel, quien fue simultáneamente su víctima y su verdugo relató Jared.
El origen de esta violenta represalia, según Jared, fue el abuso que afirmó sufrir: Manuel lo habría drogado y abusado sexualmente de él durante una fiesta un año atrás.
Desde ese momento, Jared habría buscado únicamente la oportunidad para hacer pagar caro a quien consideraba su “amigo”.
El 12 de julio, condujo a Manuel a una bodega cercana a una calle residencial del municipio. Allí conversaron y bebieron juntos, y Jared consumió sustancias con él. Fue en ese contexto donde ejecutó la decapitación, recogió la cabeza y la exhibió públicamente en las calles de Coatepec.
Durante el acto de exhibición, Jared no pronunció amenazas ni gritó. El silencio fue su único testigo inmediato, interrumpido únicamente por su repetida frase, que resonó como una ceremonia personal. Al momento de ser detenido, no opuso resistencia.
ANTECEDENTES
Anteriormente, Jared tenía antecedentes por delitos relacionados con drogas en Quintana Roo, incluyendo la posesión de 22 bolsas en Tulum y 271 dosis junto con un arma en Playa del Carmen. En ambas ocasiones recuperó la libertad. Hoy, aquellos procesos aparecen como episodios casuales en una trayectoria que desembocó trágicamente.


