


Belo Horizonte.- Cuando las dudas resurgían, y el técnico Sabella se desgañitaba desde la banca a gritos para romper el que sería un humillante empate a cero ante la débil y aguerrida selección iraní, apareció la magia de Messi y le dio a Argentina el triunfo 1-0 sobre la escuadra persa.
Messi apareció en la agonía del encuentro. Tomó la pelota y tuvo un segundo para pensar qué hacer con ella. Era inevitable, con un poco de tiempo y espacio, lograría su objetivo.
Con la victoria, Argentina se coloca a la cabeza del Grupo F, con seis unidades, amarrando su boleto a la siguiente fas, dejando en manos de Nigeria y Bosnia la responsabilidad de determinar quién le compañará a la siguiente fase.
AGENCIA


