Aparte del saqueo que ha efectuado la clase política al grado de tener al país en la crisis económica por la que viene atravesando, ya tiene tiempo también que los bancos extranjeros continúan obteniendo grandes ganancias que no se quedan en nuestro país, sino que se las llevan a sus respectivos países, no haciendo ningún beneficio que vaya en bien del pueblo mexicano el que ha sido invadido de tarjetas de débito, de crédito y en general de préstamos, que la más de las veces los usuarios no están en condiciones económicas de cubrir esos compromisos.
Cuando algún usuario no cubre puntualmente esos compromisos adquiridos, su situación se recrudece, pues los intereses se van multiplicando, siendo perseguido con llamadas telefónicas, mensajes a celulares, mensajes en sus correos electrónicos, siendo amenazados con cobrarles a como
dé lugar.
En nuestra mesa llegó un caso bastante claro de como proceden los bancos extranjeros cuando algún usuario desea cancelar alguna tarjeta de crédito, donde queda claro que a éste no lo dejan libre, porque así nos damos cuenta que la política de esas instituciones bancarias es no soltar a los clientes, tratándolos de obligar a continuar, como nos damos cuenta en el documento que obra en nuestro poder y que a la letra dice: “Con el objeto de cancelar una tarjeta light Santander y de acuerdo con el saldo del estado de cuenta, en el mes de diciembre del 2014, pagó esa cantidad, más otra cantidad que le obligaron a pagar para cancelarla, por lo que le proporcionaron un folio de respaldo telefónico para cualquier aclaración.
En esa fecha le enseñó a la ejecutiva de la sucursal Santander, la tarjeta ya destruída en virtud de que ya no deseaba poseerla por los altos intereses que se generan y sobre todo porque económicamente ya no le era posible seguirla manejando. Para sorpresa en el mes de enero del 2015 le llegó un nuevo supuesto estado de cuenta relativa a la tarjeta que había cancelado desde el año anterior, por lo que la ejecutiva lo puso en contacto telefónico con, seguramente, la central de esa institución bancaria, para aclarar esa situación. Lizeth Ortiz Jaimes fue la que lo atendió telefónicamente, expresándole que el nuevo estado de cuenta era por cobro adelantado por el uso de la tarjeta light Santander, lo cual en ningún momento estuvo de acuerdo, pues sencillamente la tarjeta fue cancelada desde el 2014, habiendo quedado amparado con el respaldo telefónico que le proporcionaron. Lizeth Ortiz Jaimes le hizo la propuesta de que debía obtener cambio de producto, es decir, solicitar otra tarjeta y sólo así le cancelarían el supuesto nuevo cargo, situación que tampoco estuvo de acuerdo, por lo que fue amenazado de que su cuenta crecería.”
Esa persona siguió insistiendo que su tarjeta la había cancelado desde el 2014, y es hasta entonces cuando esa institución bancaria Santander le contesta por escrito el status de la resolución cerrado a favor del banco, y por consiguiente es una solicitud improcedente de parte del interesado.
Según datos periodísticos la institución financiera Santander tiene actualmente 5 mil ciento catorce quejas de usuarios en Veracruz, que vienen siendo atendidas por la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros, CONDUCEF, quien ha recibido más de un millón de quejas.
Esas quejas representan los abusos en que vienen incurriendo las instituciones bancarias, siendo sus dueños extranjeros que viven en sus respectivos países, beneficios económicos que jamás se quedan de México.
El gobierno federal, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), y en general todas las instituciones que tienen relación con estas situaciones financieras, deben ya regularse para bien del país, pues los beneficiarios son los países extranjeros, y los perjudicados son el pueblo mexicano que tiene la necesidad de hacer hacer uso de esos movimientos económicos para resolver muchas situaciones.
Los perjuicios son por cobros indebidos, altísimas tasas de interés, y sobre todo las amenazas que reciben los usuarios por parte de las instituciones bancarias.