AGENCIA
Michoacán.- Durante más de una década, “Los Blancos de Troya” han pasado de ser un grupo de autodefensas en Michoacán a consolidarse como una de las estructuras criminales más rentables y violentas de la región. La reciente detención de Rigoberto “N”, implicado en el asesinato del líder citricultor Bernardo Bravo, volvió a poner en la mira a esta célula delictiva, aliada de “Los Viagras” y del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que ha construido un entramado de negocios ilícitos basado en la extorsión, el control del comercio y la cooptación de autoridades locales.
De autodefensas a crimen organizado
Según el informe “Violencia y Paz: Diagnósticos y propuestas para México”, elaborado por el Senado en 2017, “Los Blancos de Troya” surgieron en 2015 como una escisión de los grupos de autodefensa que, armados con el discurso de la justicia comunitaria, terminaron transformándose en organizaciones criminales. Los documentos filtrados por el grupo de hackers Guacamaya en 2022 confirman que la célula fue dirigida desde sus orígenes por la familia Sepúlveda, encabezada por César Alejandro Sepúlveda Arellano, alias “El Bótox”, un exautodefensa que consolidó su poder mediante alianzas con “Los Viagras” y, posteriormente, con el CJNG.
El clan familiar ha mantenido el control del grupo a través de una estructura vertical. En los últimos años, las autoridades han detenido a varios de sus miembros más cercanos: su hijo César Alejandro Sepúlveda Valencia en 2023; su yerno, Gerardo “N”, alias “La Silla”, en febrero de 2025; y su hermano Cirilo “N”, alias “El Capi”, en julio del mismo año. Pese a estos golpes, “El Bótox” mantiene el mando desde la clandestinidad.
El negocio del miedo
Informes de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y de la Guardia Nacional, filtrados en Guacamaya Leaks, describen cómo “Los Blancos de Troya” tejieron una red de extorsión que les permitió controlar sectores económicos estratégicos en Tierra Caliente.
En diciembre de 2021, interceptaciones telefónicas revelaron que “El Bótox” administraba la venta de hasta dos toneladas diarias de pollo en los municipios de Buenavista y Apatzingán, garantizando “seguridad” para los cargamentos a través de supuestos vínculos con la Policía Ministerial de Morelia. En paralelo, el grupo imponía cuotas a productores y transportistas de limón, dominaba la distribución de cigarros y explotaba la comercialización de materiales reciclables como cobre, aluminio, PET y vidrio.
Uno de los episodios más reveladores se remonta a 2021, cuando documentos militares señalaron que el entonces alcalde morenista de Buenavista, Sergio Báez Gutiérrez, permitió que el grupo criminal se apoderara del basurero municipal, desde donde controlaban la recolección y venta de residuos reciclables.
El control criminal alcanzó incluso la venta de cerveza. En enero de 2022, “Los Blancos de Troya” instalaron un retén en San Juan de los Plátanos para confiscar toda la cerveza que no fuera distribuida por sus operadores. A los comerciantes locales se les advirtió que solo podrían vender producto autorizado, previo pago de una cuota semanal.
Alianza con “Los Viagras” y el CJNG
El ascenso de “Los Blancos de Troya” se consolidó bajo la tutela de Adalberto Fructuoso Comparán Rodríguez, exalcalde de Aguililla y líder de “Los Viagras”, quien fue condenado en 2023 en Estados Unidos por tráfico de metanfetaminas. En los informes de inteligencia filtrados, Rigoberto “N” -detenido el 21 de octubre por el asesinato de Bernardo Bravo- aparece junto con sus hermanos Ignacio y José Cruz López Mendoza como operadores de Comparán.
La captura de Comparán debilitó temporalmente a “Los Viagras”, pero permitió que “Los Blancos de Troya” tomaran mayor relevancia dentro de la estructura de los llamados “Cárteles Unidos”, una alianza de facciones locales que incluía a la “Nueva Familia Michoacana” y remanentes de “Los Caballeros Templarios”.
Su propósito era frenar la expansión del CJNG en Michoacán, aunque en los últimos meses las líneas se han difuminado: Hoy, informes de la DEA y la Guardia Nacional apuntan que ambas organizaciones han pactado acuerdos comerciales en la región para repartirse las ganancias del negocio del limón y otras actividades ilícitas.
Control social y manipulación
El poder de “Los Blancos de Troya” no se limita al ámbito económico. Un informe militar fechado el 26 de diciembre de 2020 documentó cómo el grupo movilizó a pobladores de El Terrero, en Buenavista, para realizar protestas exigiendo “seguridad” en la zona. La Sedena identificó que las manifestaciones fueron organizadas por la base social de Alejandro Sepúlveda Álvarez, alias “El Jando” o “La Fresa”, pariente directo de “El Bótox”. Estas movilizaciones, según el análisis castrense, buscaban presionar al gobierno estatal y desviar la atención de las operaciones de extorsión y tráfico que realizaba el grupo.
La red que sobrevive a los golpes
Aunque las autoridades mexicanas han detenido a varios integrantes del clan Sepúlveda, la estructura de “Los Blancos de Troya” continúa operando con ramificaciones en la economía local y una red de complicidades políticas y policiales. En agosto de 2025, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) de Estados Unidos sancionó a “El Bótox” por su papel dentro de los Cárteles Unidos, congelando sus activos y prohibiendo a empresas estadounidenses realizar transacciones con él.
Sin embargo, la ofensiva internacional no ha frenado el resurgimiento del grupo. En los últimos meses, la alianza entre “Los Blancos de Troya” y el CJNG ha intensificado las extorsiones a productores de limón, recrudeciendo la violencia en Tierra Caliente. Los empresarios locales denuncian que las cuotas por tonelada de fruta se han duplicado, mientras que la presencia de autoridades federales se limita a operativos esporádicos que poco alteran el control criminal en la región.
A una década de su surgimiento, “Los Blancos de Troya” representan la cara más perversa de la descomposición del movimiento de autodefensas: Un grupo que nació con la promesa de proteger a los michoacanos, pero terminó convirtiéndose en otro poder fáctico que gobierna con miedo, violencia y corrupción.


