

Río Blanco.- Al menos 80 hectáreas de terreno han sufrido afectaciones en los municipios de Río Blanco y Nogales, debido a la creación de unidades habitacionales, lo cual ha contribuido también a la exterminación de la flora y la fauna silvestre.
Según información proporcionada por el comisariado ejidal, Bernabé Rosas Hernández, de Vicente Guerrero, desde hace aproximadamente diez años se han construido al menos siete unidades habitacionales a orillas de la cuenca del río Blanco.
El lugar que hace algunos años fue el hábitat del coatíe, serpientes, tlacuaches, armadillos y una gran diversidad de aves, ranas, sapos y mamíferos pequeños fue transformado a concreto.
“En este lugar era común que las casas hace 50 años tuvieran solares con terrenos grandes, donde la gente tenía cultivos propios de esa zona. Aquí sembrábamos aguacates, naranja, toronja, chayote, plátano y hortaliza”, recordó.
Todo eso se perdió en 50 años, precisó; el lugar donde incluso había humedales o zonas de pantano fue transformado en concreto y acero, dando paso a los asentamientos humanos que ocasionaron la devastación de los ecosistemas.
El ejidatario señaló que estas especies de fauna emigraron a las zonas más altas, pero sólo para terminar su extinción debido a que en Ixhuatlancillo se les caza y consume.
La flora consistente en bosques de helechos, coníferas y arboles maderables, como el pino y algunas especies de caoba, también fueron exterminadas.
Redacción
El Buen Tono
