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LOS INFORMES MUNICIPALES

Superiberia

Por Andrés Timoteo  /  columnista

LOS INFORMES MUNICIPALES

En unos días más se cumplirá el primer año de los 212 gobiernos municipales y desde esta semana ya varios ediles realizarán sus respectivos informes. El martes lo hizo el alcalde de Fortín de las Flores, Antonio Mansur, en la unidad deportiva “Eliezer Morales” y el próximo viernes 14 lo harán los munícipes de Córdoba y Orizaba, Leticia López Landero e Igor Fidel Rojí López, respectivamente.

La alcaldesa López Landero informará sobre su Administración en un evento convocado en la llamada “Arena Córdoba” de la colonia Toxpan, en Beisborama, mientras que el orizabeño Rojí López lo hará en el Auditorio Metropolitano, lo que antes era el recordado “Cinema Orizaba”.

En Coscomatepec, el alcalde Serafín González rendirá su informe también el viernes 14, mientras que la presidenta municipal, Balducina Tejeda lo hará el domingo 23. El alcalde de Amatlán de los Reyes, Eduardo Rojas informará el martes 18 y el de Tomatlán, Nicolás Prado, el viernes 21 de diciembre, por citar algunos de los ediles en la zona Centro.

Pero lo importante de estos eventos no son los acarreados -perdón, los asistentes- a los eventos ni la gala del lugar o la elocuencia de los presidentes municipales sino el contenido de lo que informan. Mucho se ha hablado de la democracia participativa que es necesaria en el actual contexto del País y del Estado. Se trata de que los ciudadanos se involucren, participen en las acciones y decisiones de Gobierno.

Y un ingrediente fundamental de esa democracia participativa tiene que ver con la evaluación de las autoridades. Por eso se debe asistir a los informes gubernamentales para oír lo que se ha hecho y, en el caso de que se digan mentiras, expresar su desacuerdo o exigir que se informe con precisión.

Es cierto, pese a que está contemplado en las leyes no es efectivo el llamado ‘cabildo abierto’ que es cuando sesionan los integrantes de la comuna frente a todo ciudadano que quiera estar o intervenir. Hay que demandar que los informes de los alcaldes sean en ‘cabildo abierto’ para cuestionarlos o exponer dudas. Ese sería un paso fundamental para la democracia participativa y lo tienen que dar los ciudadanos. Ellos lo tienen que exigir.

Por lo mientras, la evaluación del primer año de Gobierno con el formato tradicional debe ser también hecha por la ciudadanía. Los cordobeses, orizabeños, fortinenses, amatecos, huatusqueños o tomatecos deben calificar a sus autoridades por sus obras a favor del desarrollo municipal. No son tiempos de callar sino de escudriñar. Ir a los informes de los alcaldes es, por lo tanto, prioridad cívica. Ah, y no para aplaudir sino para informarse.

En este año hay que reconocer que el actual alcalde de Tomatlán -uno siempre recala en su terruño-, Nicolás Parado, por fin se hizo algo significativo y tiene obras que informar, especialmente la remodelación de las calles centrales y de la fuente localizada frente al templo de San Miguel Arcángel, misma que durante años permaneció como un adefesio y ahora tiene luces, una escultura, flores y, sorprendentemente, ¡agua fluyendo! Una de cal por tantas de arena, pero el Ayuntamiento debe seguir bajo observación ciudadana.

Así, en cada lugar los ciudadanos deben reconocer lo realizado y fustigar las omisiones. Hay municipios donde nada han hecho los ediles pese al año transcurrido y al presupuesto sonante y contante que les llegó -Huatusco, Coscomatepec y Chocamán, son ejemplo de la inutilidad-.

Y ojo, entregar cosas perecederas, desde uniformes, juguetes y útiles escolares hasta becas, despensas comestibles o material o herramientas de construcción; organizar ferias, pachangas o kermeses no son obras dignificantes sino mero asistencialismo. A esos alcaldes holgazanes se les debe exigir que rindan cuentas sobre el dinero público.

DUELO DE ‘CHAQUETEROS’

Lo sucedido el lunes pasado durante la toma de protesta de la nueva dirigente del Movimiento Territorial del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el puerto de Veracruz, Irene Aragón, fue una metáfora de lo que prevalece en el tricolor  veracruzano. Allí, el diputado federal Héctor Yunes Landa, se entrelazó a gritos con el conocido porro Rafael Ochoa Martínez, apodado “El Loco Ochoa”.

Este personaje que siempre ha generado escándalos en los eventos priistas recientemente difundió su renuncia al Partido y la intención de sumarse al Movimiento Regeneración Nacional (Morena), algo que no ha concretado, pero ya está promovido. Pues bien, “El Loco Ochoa” -primo no reconocido, por cierto, del exgobernador Javier Duarte de Ochoa- acudió al evento y le reclamó a Yunes Landa el haber traicionado al PRI en las elecciones pasadas.

A eso, Yunes Landa, fuera de sus casillas lo corrió a gritos. “¡Que se vayan a chin… a su ma… los chaque… del partido!”, dijo en el micrófono sin importarle que en presídium estuviera José Eduardo Calzada, exgobernador de Querétaro y dirigente nacional de Movimiento Territorial.

Los gritos arrabaleros entre Yunes Landa y Ochoa Martínez retrataron a esos dos personajes que ‘cojean del mismo pie’, pues ambos son traidores del tricolor. No es un secreto que Yunes Landa operó en contra del candidato a la gubernatura, José Yunes Zorrilla en los comicios de julio pasado, ni que ha buscado por todas las vías una cercanía pública con Morena y el gobernador Cuitláhuac García.

Más aún, Yunes Landa está en ruta de formar su propio partido político estatal para finalmente hacer pública su salida del PRI, y por eso los gritos en ese evento fueron metafóricos, un duelo de ‘chaqueteros’, aunque quien lleva la peor parte es el legislador, quien acabó en eso, peleándose con “El Loco Ochoa”, un interlocutor a su imagen y semejanza. Da pena ajena este señor.

En el mismo tema del PRI, vaya que no paran las pifias, pues la semana anterior también se conoció que el nuevo delegado del Comité Ejecutivo Nacional para Veracruz es Hugo Contreras Zepeda, exdirigente estatal del partido en Jalisco y candidato perdedor al Senado en las elecciones de julio. El tricolor también perdió la gubernatura de Jalisco, que fue ganada por Enrique Alfaro, del Partido Movimiento Ciudadano-.

El cuadro es precario desde cualquier ángulo: un perdedor enviado a Veracruz, donde el Partido no ganó ni una Diputación ni recuperó la Gubernatura, para rescatarlo. ¿No es de risa que se cumpla la advertencia bíblica cuando un ciego guía a otro ciego?

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