


Última parte
Los fallecidos del año pasado
Entre los cuerpos que fueron encontrados en el río el año pasado, se encuentra el de un hombre, presuntamente torturado y ejecutado, mismo que apareció el 20 de febrero, a la altura de la localidad La Laja, en el municipio de Cuichapa. Esta persona estaba en estado de descomposición, atorado entre unas rocas, no tenía ropa, y se le apreciaron huellas de tortura.
Posteriormente, el 5 de marzo del 2014, fue hallado el cadáver de otro hombre, entre las localidades de
Providencia y Toluquilla.
Esta víctima era de entre 30 y 40 años, el cual tenía el cabello rapado, y se presume que ya tenía varios días de muerto, debido a que se encontraba en estado de putrefacción y flotaba en el agua.
Otro caso fue el del 5 de mayo, a la altura de la colonia Úrsulo Galván, en Naranjal, donde unos campesinos que pasaron por la orilla descubrieron el cadáver de un hombre, de entre 50 y 55 años, y que inicialmente se creyó que era el taxista Víctor Romero Espinosa, de 59 años, quien por esos días se encontraba desaparecido, luego de haber sido asaltado por sujetos desconocidos, cuando manejaba el taxi número 296 de Córdoba.
El 14 de agosto, también putrefacto, fue encontrado el cuerpo de otro hombre, a la altura de Jalapilla, municipio de Rafael Delgado, mismo que quedó en calidad de desconocido. El cuerpo, lo encontró el campesino René Alberto Sánchez, cuando pasaba por el camino vecinal Boquerón-Las Sirenas, de la congregación antes mencionada.
La mañana del 22 de septiembre otro cuerpo fue encontrado en estado de descomposición, atorado en el tronco de un árbol, a medio río, a la altura del puente que comunica entre la cabecera municipal de Cuichapa y la localidad de Rincón de Buenavista
Un día después, el cadáver fue identificado como Milton Jair Padilla Luna, de 21 años y con domicilio en la colonia Nuevo Toxpan, en Córdoba, y cuyos familiares indicaron que tenía una semana desaparecido. Tras enterarse por medio de los periódicos, los familiares acudieron ante la Unidad Integral de Procuración de Justicia, y luego acudieron al anfiteatro, donde identificaron el cuerpo, gracias a los tatuajes que tenía y por la ropa.
En este año, el pasado miércoles 22 de enero, fue localizado el cuerpo de un hombre, flotando en las aguas del mismo río, a la altura de Boca Toma, en el municipio de Cuichapa.
El cuerpo, fue identificado al día siguiente, por sus familiares, quienes indicaron que tenía varios días de desaparecido. América Griselda Enciso Jiménez, fue quien reconoció el cuerpo de su hijo José Antonio Romero Enciso, de 28 años, quien era cargador y vivía en la calle 21, en la colonia Benito Juárez, de Córdoba.
*TambiÈn el hermano del alcalde de CamarÛn, fue tirado al rÌo
El 17 de octubre del 2014, el cuerpo de un hombre ejecutado fue avistado, flotando en las aguas del río Blanco, a la altura del kilómetro 46 de la carretera federal Córdoba-Veracruz, cerca del rancho Agua Escondida, en el municipio de Cuitláhuac. El cadáver, presentaba huellas de tortura, estaba maniatado y en avanzado estado de descomposición.
Un día después, fue reconocido como Juan Armas Balbuena, quien tenía 33 años, y vivía en la unidad habitacional Sección 23, de Potrero Nuevo, municipio de Atoyac, quien resultó ser hermano del alcalde de Camarón de Tejeda, Eduardo Armas Balbuena.
Ese día, un campesino que pasó por el lugar se dio cuenta que en la orilla del río se hallaba flotando el cuerpo del hombre, por lo que avisó a la Dirección de Seguridad Pública Municipal de Cuitláhuac, cuyos policías llegaron al sitio, luego de recorrer una travesía de más de una hora.
Autoridades del Ministerio Público realizaron inspecciones oculares y con ayuda del campesino que lo encontró, sacaron el cadáver, que permanecía atorado en unos troncos.
Gracias a ocho tatuajes que tenía en el pecho y los brazos, al día siguiente el cuerpo fue identificado. Resultó ser hermano de Eduardo Armas Balbuena, alcalde de Camarón de Tejeda.
“El Negro”, como era conocido, tenía varios días de estar desaparecido, según refirieron sus familiares, cuando acudieron a reclamar el cuerpo.
Según la necropsia de ley, la muerte del hermano del edil se debió a las fracturas múltiples, producto de la tortura que sufrió. “El Negro”, estuvo relacionado con varios hechos delictivos, como asaltos.
*Empleados funerarios, testigos de los hallazgos
Durante cinco años, Juan ha laborado como empleado en la funeraria que por años, quizá décadas ha trabajado “de la mano” con los Servicios Periciales en Córdoba, por lo que ha estado en el rescate de varios cadáveres en el río Blanco.
“Cuando sacamos a un muerto del río, ya ni sentimos feo, aunque el cuerpo esté putrefacto, igual nos metemos al agua, lo sacamos de donde esté y lo llevamos a la orilla, para que las autoridades puedan verlo bien y analizarlo”, relata
el joven de 38 años.
Hace cinco años, Juan no tenía trabajo y lo invitó un amigo, ex chofer de la funeraria, para entrar a trabajar.
“Al principio no quería, lo pensé mucho, y terminé por entrarle. Ese día me tocó un muertito y tuve que ayudar al médico legista para hacer la necropsia, me dio un poco de asombro ver un cuerpo abierto, pero aguanté”, cuenta el funerario, uno de los más de 10 que se dedican al mismo oficio.
Conocido ya por agentes del Ministerio Público, peritos y agentes de la AVI, explica que “este año han sido varios los cuerpos que han aparecido en el río, pero no tantos como el año antepasado, cuando se contabilizaron unos 40, en el 2014 si acaso habría unos 5 o 6, muchos de ellos identificados por sus familiares, y otros, al no ser reconocidos se fueron a la fosa común”.
De todos estos casos, dice la Jurisdicción Sanitaria y el Registro Civil han tenido conocimiento, ya que la primera dependencia emite los formatos para que sean llenados por los médicos legistas, y luego se reparten las copias entre esas mismas dependencias, el MP y la funeraria. Ahí se anotan las causas y condiciones de la muerte, y en el caso de personas sin identificar, se anota solamente la leyenda “desconocido”.
De las veces que ha ido a recoger cuerpos al río, recuerda uno que estaba atorado a medio río y que entre él y otro compañero tuvieron que entrar a desatorar, para luego sacarlo. “Ahí te tienes que aguantar el olor de la carne descompuesta, no puedes retirarte, no puedes soltar el cuerpo, porque se lo lleva la corriente y te puedes meter en una bronca con las autoridades”, consigna.
Algo importante es que “cuando aparece un cuerpo, que lleva varios días en el agua, es posible ver las marcas que tenga, por golpes, así como las heridas, también puede verse si son por bala, puñalada o simplemente golpes por las piedras. Eso, es muy diferente a los desgarres de carne que producen las aves de rapiña,
roedores o peces”.
De la Redacción
EL BUEN TONO

