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LOS SEIS PRIMEROS

Superiberia

Por: Andrés Timoteo  /  columnista

LOS SEIS PRIMEROS

Después del cargo de Gobernador en el organigrama estatal hay 16 asientos de primer orden. Es el llamado ‘gabinete legal’ y son los secretarios de despacho y responsables de las oficinas que operan las políticas públicas a desarrollarse en el sexenio. Ahora, a diferencia de otras coyunturas, el gobernador electo, Cuitláhuac García, está anunciando escalonadamente a los titulares de esas dependencias.

Al momento lleva seis de ellas asignadas: la Secretaría General de Gobierno que será presidida por Eric Patrocinio Cisneros Burgos, fue la primera. La segunda fue la de Desarrollo Económico y Portuario (Sedecop) para el empresario fidelista Ernesto Pérez Astorga -no se olviden de aquellos besamanos en los que participó para honrar al innombrable y a Javier Duarte-, y la tercera del doctor Roberto Ramos Alor, próximo titular de la Secretaría de Salud.

De Ramos Alor se habla bien en el sector médico donde lo ubican como un profesional con excelentes cartas de presentación. Al ser presentado, el gobernador electo García Jiménez lo describió como “una persona con ideales de izquierda”, una definición de doble filo político. En lo positivo, ojalá que la vocación de izquierda -entiéndase: progresista- de Ramos Alor redirija los servicios de salud.

Si lo hace, se deduce que los servicios de salud tendrán prioridad en proteger y sanar a los sectores más vulnerables, que el secretario pugnará por un presupuesto suficiente y lo administrará en favor de la población. Lo negativo será si esa definición de “ideales de izquierda” se refiere a las cuestiones partidistas, pues entonces solo habrá que esperar más de lo mismo, el uso de los recursos y personal sanitario para apoyar a un partido.

La cuarta definición en el futuro gabinete fue controversial para un puñado de convenencieros que querían imponer a un funcionario surgido de ellos y, obviamente, a modo de sus intereses. Es Xochilt Arbesu Lago, instruida en ciencias políticas y que, según el próximo mandatario, “habla totalmente inglés”. Dicen quienes la conocen que ha sido promotora de la cultura y el desarrollo turístico en el Sur del estado.

Los empresarios del ramo turístico, principalmente hoteleros y restauranteros se molestaron porque ya veían su segundo coto en el gabinete tras el de Pérez Astorga en la Sedecop. Varios de ellos descalificaron a la señora Arbesu, pero es el mundo al revés porque al que se debe rechazar es a Pérez Astorga pues el señor lleva una carga de intereses personales y empresariales al organigrama estatal.

Ese ha sido siempre un error táctico de los gobernantes, entregar dependencias públicas a personajes a la iniciativa privada que tienen intereses económicos en el sector. Todos esos nombramientos han derivado en corrupción por la vía de tráfico de influencias. No hay que olvidar aquella ignominia cuando en los tres sexenios anteriores fueron designados como directores de Tránsito a concesionarios del transporte público y se convirtió en un carnaval de la corrupción en contra de los usuarios.

En conclusión, aun con sus pifias disléxicas que echan a perder lo que presume, su perfecto dominio de lenguas -acaba de decir que “tuvieron que pasar 500 años para que Cuitláhuac volviera a gobernar”, vaya definición tan analfabeta-, Xóchitl Arbesu al menos no lleva tantos intereses personales y financieros al cargo que le fue asignado.

La quinta designación fue de Esteban Ramírez Zepeda como jefe de la Oficina del Gobernador y la sexta de la exjueza María Guadalupe Argüelles Lozano como próxima titular de la Secretaría del Trabajo. Hay quienes que consideran este último nombramiento como aceptable, hay un lastre en el mismo, que su esposo Gonzalo Vicencio Flores secretario general de Morena en el Estado, de quien dicen será el que tome las decisiones en dicha oficina -obviamente con el sesgo partidista-.

Para el fin de semana se habían anticipado dos designaciones más, una de ellas la de Desarrollo Agropecuario, Rural y Pesca (Sedarpa), pero no se concretó. Para ella se menciona al diputado local electo por el distrito de Coatepec, Raymundo Andrade Rivera, quien es ingeniero agrónomo.

No obstante, hay muchos que quieren meter mano en esa dependencia. En días pasados, un consorcio periodístico allegado a la senadora zacatecana Rocío Nahle, anunció que el titular de Sedarpa será el también diputado local electo por San Andrés Tuxtla, Juan Javier Gómez Cazarín, quien -para no variar-también está en disputa interna por la presidencia del próximo congreso local. La intención es colarse a las esferas de poder.

También en algunos espacios de opinión se ha ventilado que otro que ha pugnado por quedarse con esa secretaría como pago de factura de Morena por haber operado para Cuitláhuac García, es el ahora diputado federal priista Héctor Yunes Landa, quien busca que se nombre a un recomendado suyo.

Ya se verá si la alianza PRIMOR-PRI-Morena- que tiene al inefable Yunes Landa como beneficiario directo en Veracruz, toma forma en la política agropecuaria de los próximos seis años.

La otra designación anunciada que se materializaría en los días venideros es la de Rocío Pérez Pérez, todavía diputada local, como secretaria del Medio Ambiente. Tal propuesta genera suspicacias porque la señora es comunicadora, no especialista en temas ambientales, aunque los últimos titulares de esa dependencia tampoco han sido doctos para ocuparla. En fin, su designación es por cuestiones partidistas no por experiencia.

Quedan diez oficinas pendientes de conocer a su responsable, aunque ya hay matices en algunas de ellas.

Dos de ellas, la de Educación y Comunicación Social, están ‘cantadas’ para el profesor cordobés Zenyazen Escobar e Iván Luna, respectivamente, que son cercanos al gobernante electo. Coincidentemente ambos están bajo asedio mediático para tratar de “tumbarlos” del futuro gabinete.

Otras tres dependencias: Finanzas, Desarrollo Social e Infraestructura y Obras Públicas serían designaciones del altiplano para que el Gobierno Federal tenga bajo control los enormes presupuestos que manejan. El próximo titular de la Secretaría de Seguridad Pública también será decisión del centro del País.

Y habría una oficina número 17, la secretaría de Cultura, comprometida durante campaña por García Jiménez

FALSA DIVISIÓN EN EL PAN

çAunque tiene -hasta ahora- la gubernatura y la mayoría de las presidencias municipales, el Partido Acción Nacional (PAN) apenas cuenta con un padrón de 23 mil 276 militantes. Esos están convocados para que el 11 de noviembre acudan a elegir a sus dirigentes nacional y estatal en una votación que será por medio del voto secreto depositado personalmente en ánforas.

El lunes de la semana pasada se difundió la convocatoria para renovar el Comité Directivo Estatal (CDE) y dicha elección coincidirá con la renovación de la dirigencia nacional. A pesar de que al momento no hay planillas registradas, sí se han ventilado en los medios de comunicación a dos aspirantes. Por un lado, el actual presidente del CDE, el tuxpeño José Mancha Alarcón, quien acaba de solicitar licencia para dedicarse a buscar la reelección, y por el otro el cuatro veces alcalde de Tantoyuca y actual secretario de Desarrollo Agropecuario en el gobierno estatal, Joaquín Guzmán Avilés.

Según los dichos, aparentemente ellos estarían dividiendo las principales corrientes internas del partido. Dicen que Guzmán Avilés, quien ha mantenido un control caciquil en el Norte del Estado, estaría en acuerdos con el grupo que representa el diputado local electo y exdirigente estatal, Enrique Cambranis Torres.  Además, llevaría al sureño German Yescas Aguilar, su actual subsecretario de Ganadería en la dependencia, como secretario general del partido.

Del otro lado, Mancha Alarcón llevaría al diputado federal, Carlos Valenzuela González como secretario general -ya lo fue y estaría repitiendo- y tendría el apoyo del senador Julen Rementería y de la familia Yunes -entiéndase el gobernador Miguel Ángel Yunes, el alcalde de Veracruz, Fernando Yunes Márquez y el exalcalde de Boca del Río y excandidato a la gubernatura, Miguel Ángel Yunes Márquez-.

Sin embargo, poco hay de eso. En realidad, los Yunes juegan con las dos cartas. En la formula de Mancha Alarcón tienen a Valenzuela González muy cercano a Miguel Ángel Yunes Márquez, sin contar con el hecho de que el mismo tuxpeño tienen un excelente trato con la familia Yunes. Por otro lado, Guzmán Avilés también es cercano al gobernador Miguel Ángel Yunes sus acuerdos políticos son de largo tiempo.

Guzmán Avilés forma parte del gabinete estatal y es uno de los secretarios mejor tratados del mismo. Por si fuera poco, Yescas Aguilar, quien también es parte del organigrama estatal, mantienen acuerdos políticos con Yunes Linares desde hace al menos tres años. Entones, gane uno o gran el otro, el yunismo mantendrá la influencia en el Comité Directivo Estatal.

Lo que si es cierto es que Mancha Alarcón es un personaje impresentable, agotado en cuestión de credibilidad y autoridad política.

La difusión de que es contratista del Gobierno Estatal por medio de cinco empresas y que ha recibido más de 70 millones de pesos en obras concesionadas, lo menguó políticamente. Éticamente Mancha quedó descalificado para encabezar la oposición que Veracruz en el entendido que el PAN será el contrapeso desde la cancha partidista e ideológica de Morena.

Entonces, tarde o temprano los Yunes y otras corrientes internas del panismo tendrá que decantarse por Guzmán Avilés. No es un pronóstico, pero si la lógica. Sostener al tuxpeño es arrastrar un lastre ético que les acarreará desprestigio. Empero, José Mancha no es el único impresentable en este proceso de renovación partidista. Hace días salió de las sombras el exdiputado federal por Huatusco, Víctor Serralde Martínez -o como se llame en realidad – quien pretende injerir en la elección interna el blanquiazul.

Sin un grupo con peso político suficiente al interior del panismo veracruzano, Serralde pretende impulsar al exregidor porteño, Agustín Andrade Murga, otro impresentable igual que él. Ninguno de los dos, Serralde y Murga, cumplen con lo que exigen los artículos 72 y 73 de la misma: “Haberse significado por su lealtad a la doctrina (panista) y haberse distinguido por su lealtad a los principios y programas de partido”.

Claro, al dueto Serralde-Murga lo mueven manos externas, fidelistas pues, que buscan hacer resurgir al “PAN rojo” o más bien, ahora al “PAN marrón”.

Por cierto, en la numeralia panista, Córdoba figura entre los ocho municipios de Veracruz con mayor número de militantes. Ocupa el quinto lugar con 683 panistas activos.

El primer lugar es Tantoyuca -bajo el control de Guzmán Avilés- con 4 mil 010, el segundo y tercero son Veracruz con 1 mil 507 y Boca del Río con 1 mil 304 -bajo control de los Yunes-, Jalapa tiene 1 mil 286, Tlalixcoyan 564, Coatzacoalcos 466 y Orizaba 419 militantes.

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