
México, D.F.- Se trata del Gran Premio con mayor glamour en todo el Campeonato Mundial de Fórmula Uno. Las lujosas y exclusivas calles de Montecarlo se cierran una vez al año para dar paso a los bólidos, que entre yates de lujo, mansiones y chicas en bikini asoleándose en las espectaculares terrazas, buscan un sitio en el podio.
El Gran Premio de Mónaco es una competencia que puede catapultar una carrera o aniquilarla. Muchos pilotos han despegado en Fórmula Uno a partir de un triunfo o una buena actuación en el principado; otros por su parte, en el circuito monegasco han visto cómo inicia el declive de su vida como pilotos o, curiosamente, siempre les resulta imposible o muy difícil correr debido a accidentes o fallas mecánicas. No cualquiera corre en Mónaco y no cualquiera triunfa en Mónaco, es uno de los adagios.
Incluso algunos grandes corredores, que en su momento triunfaron en el principado, como Ayrton Senna y Michael Schumacher en carreras posteriores sufrieron incidentes, cuando parecía que se ceñirían de gloria. Esto definitivamente, marca la volatilidad de la competencia y su alto grado de dificultad.
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