


El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció este lunes el despliegue masivo de 4,5 millones de milicianos en todo el país, poco después de que Estados Unidos aumentara a 50 millones de dólares la recompensa por información que lleve a su captura.
Durante un acto televisado, Maduro describió la medida como parte de un “plan de paz”, aunque instó a las milicias a mantenerse “preparadas, activadas y armadas”, sin precisar en qué regiones del país se concentrará este gigantesco despliegue.
El anuncio se produce en un contexto de presión internacional: Estados Unidos ha incrementado su presencia militar en aguas de Latinoamérica y el Caribe con 4.000 agentes, aviones, barcos y lanzamisiles, con el objetivo de combatir los carteles de narcotráfico. Además, la fiscal general estadounidense, Pam Bondi, reportó la confiscación de 700 millones de dólares en bienes vinculados a Maduro, a quien Washington acusa de liderar el Cartel de los Soles, un señalamiento que el chavismo ha rechazado.
Analistas y opositores advierten que este despliegue podría ser más un acto de intimidación interna que un plan de seguridad, mientras el mandatario enfrenta acusaciones graves de narcotráfico y terrorismo.


