


La política internacional vuelve a encenderse tras el anuncio del presidente francés, Emmanuel Macron, de que su país reconocerá oficialmente al Estado palestino durante la próxima Asamblea General de la ONU en septiembre. La decisión ha generado un fuerte eco diplomático a nivel mundial, polarizando opiniones en torno al prolongado conflicto israelo-palestino.
Desde Estados Unidos, el secretario de Estado Marco Rubio calificó la iniciativa como una “decisión imprudente” y afirmó que solo alimenta la narrativa de Hamas. “Es una bofetada a las víctimas del 7 de octubre”, escribió en X (antes Twitter), en clara alusión al ataque sufrido por Israel en esa fecha.
En la misma línea, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, condenó la postura francesa al considerarla un acto que “recompensa el terror” y compromete la seguridad de su país.
Sin embargo, del otro lado del espectro político, el anuncio fue celebrado por actores clave en el mundo árabe. Hamas lo calificó como un “avance político” hacia el reconocimiento global de la causa palestina, mientras que Arabia Saudita lo describió como una “decisión histórica” que respalda el derecho del pueblo palestino a la autodeterminación.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, también expresó su respaldo a Macron, argumentando que esta postura “contribuye a proteger la solución de dos Estados”, una fórmula que ha sido promovida durante años como base para una paz duradera en Medio Oriente.
En su declaración, Macron enfatizó que lo urgente es “acabar la guerra en Gaza y salvar a la población civil”, subrayando que el reconocimiento es parte de un esfuerzo por revitalizar el diálogo internacional en torno al conflicto.
Con esta acción, Francia se une a un bloque creciente de países que reconocen a Palestina como Estado soberano, lo que reaviva el debate global sobre los caminos reales hacia la paz en una región marcada por décadas de violencia e incertidumbre.


