
Adriana Estrada
El Buen Tono
Orizaba.- María Carrera, madre de cuatro hijos y emprendedora incansable, hizo su historia con ingredientes mezclados de sacrificio, lágrimas y una determinación inquebrantable.
Comenzó hace más de 13 años en un rincón y con una vitrina frente a su casa con cupcakes y galletas que horneaba en su estufa con la ayuda de sus hijas, que se convirtieron en esperanza para su sobrevivencia.
El camino no fue dulce, como sus pasteles, pues tras separarse de su pareja, María enfrentó días oscuros: dejó atrás un hogar estable para vivir en condiciones precarias, durmiendo sobre cartones, una imagen que aún le quema el alma, pues tener que ver a sus hijas acostadas sobre cartones y una colchoneta se convirtió en su combustible, y con sus hijas como cómplices, convirtió el dolor en su propósito.
El aroma a canela y chocolate fresco que hoy envuelve la cafetería de María es el mismo que, años atrás, se colaba por las ventanas de su cocina, donde las manos de sus hijas se mezclaban con el sonido del batidor manual. En aquellos días cada cupcake, galletas y pastel, era decorado con esas pequeñas manos, que en ocasiones no dormían por acompañar a mamá a terminar el encargo para la fiesta.
A través de cursos, capacitaciones, mucho esfuerzo y corazón, logró transformar su pequeño emprendimiento en una pastelería y cafetería, que hoy es un referente, mientras que al mirar atrás ve a una Mari temerosa y con dudas por crecer sola a sus hijos, pero también ve a esa mujer que puso todo su empeño y “garra” para que lo que un día fue un sueño, hoy es parte de su realidad como mamá.
Para Mari Carrera, el mayor logro no está en los ingresos, sino en ver a sus hijas convertidas en profesionistas y en saberse inspiración para otras mujeres. “Cada meta cumplida es un mensaje: nunca es tarde para luchar por los sueños, aunque el mundo se derrumbe”, afirmó.
María, con harina en las manos y orgullo en la mirada, demuestra que el amor de madre y la tenacidad pueden hornear milagros. Su historia, un recordatorio de que hasta de los momentos más amargos puede nacer algo dulce.
La cafetería de María da empleo y recibe a más madres emprendedoras que están luchando contra un mundo lleno de obstáculos, y las impulsa para que sus proyectos familiares también se conviertan en una realidad.
