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Matanza de músicos los marca de por vida

Superiberia

Alcozacán, Guerrero.- Madres y esposas de algunos de los indígenas integrantes del Grupo Sensación Musical, asesinados el viernes pasado en Mexcalcingo, reclamaron justicia y apoyo del Gobierno para su sobrevivencia. En total son 22 huérfanos, todos menores de 18 años, ocho viudas y dos madres. Lorenzo Linares Jiménez, una de las víctimas, de 32 años, era soltero, pero cuidaba a su madre María Antonia Jiménez Tepetitlán, de 57 años, quien pidió la detención de los culpables que masacraron a los músicos la tarde del viernes pasado cuando regresaban de una tocada de Tlayelpan.

Lorenzo se dedicaba a las labores del campo; sembraba maíz, frijol y calabaza y eventualmente era contratado por el Grupo Sensación Musical de Hueycantenango que le pagaba 250 pesos por evento. Era, según su madre, chalán y cuando faltaba alguno de los músicos apoyaba en las percusiones.

Sin embargo, el mayor ingreso del que mantenía a doña María, era de su siembra. Entre sollozos, su madre dijo que ahora se ha quedado en el desamparo.

Algunas de las esposas y madres de las víctimas hablaron el jueves, antes de que iniciara una marcha en Alcozacán, en donde la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias de los Pueblos Fundadores (CRAC-PF), presentó a 19 niños y adolescentes que fueron preparados en el uso de las armas para defender a sus familias y pueblos de los ataques del grupo delictivo “Los Ardillos”, al que responsabilizan de la masacre de Mexcalcingo.

APENAS TENÍA 15 AÑOS

María de Jesús Pasado, de 38 años, era madre de Israel Mendoza Pasado, quien apenas tenía 15 años. Él es uno de los que fue incinerado y aún no le entregan el cadáver a su madre. El joven estudiaba la secundaria y sembraba su parcela y ocasionalmente en el Grupo Sensación como auxiliar, “era como el ibm”, comentó su primo en referencia a que fungía como mandadero, pero dice que le gustaba la música y su intención era quedarse de lleno en el grupo.

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Era músico y de Fortín

¡Les cierran la mina!