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Ciudad de México.– Al menos 3.7 millones de niñas, niños y adolescentes en el país ejercen algún tipo de trabajo infantil, lo que representa el 13.1% del total de esa población y pone en riesgo su salud, su sano desarrollo y, sobre todo, su derecho a la educación, advirtieron organizaciones defensoras de la niñez.
Pese a los avances registrados en las últimas dos décadas en materia de alimentación, identidad y otros derechos básicos, persisten problemas graves como la inasistencia escolar, la inseguridad, la falta de servicios de salud y el trabajo infantil, flagelos que requieren políticas públicas de fondo para lograr soluciones estructurales.
A más de 100 años de la proclamación del 30 de abril como Día del Niño en México, el país sigue enfrentando serios rezagos en rubros como la educación y la erradicación del trabajo infantil, problemas que afectan por igual a niñas y niños, en contextos rurales y urbanos.
El trabajo infantil no solo implica desgaste físico y emocional; también aleja a los menores de la escuela. Datos oficiales revelan que el 43% de los niños y el 33% de las niñas que trabajan no asisten a clases. Esta condición, lejos de ofrecerles una oportunidad de superación, los condena a ciclos perpetuos de pobreza y marginación.
Además, 13 de cada 100 menores se emplean en sectores como la agricultura, el comercio o la construcción, muchas veces en condiciones peligrosas y sin ningún tipo de protección. Las cifras provienen del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), que ha documentado cómo esta problemática persiste en todo el país.
