


AGENCIA
México.- En los últimos 10 años, México duplicó el volumen de importaciones provenientes de China, lo que refleja una creciente dependencia de insumos asiáticos para la industria nacional, según un análisis de la Cámara de Comercio de la Ciudad de México citado por Reforma.
Entre 2015 y 2025, las compras mexicanas a China pasaron de 32 mil 811 millones de dólares a 62 mil 127 millones, alcanzando un nuevo récord histórico. Con esto, China se consolida como el segundo socio comercial de México en términos de importaciones, solo detrás de Estados Unidos.
El comercio entre ambos países se divide en dos grandes rubros: bienes finales, como automóviles, computadoras, teléfonos móviles y electrodomésticos, que compiten con la producción nacional; y bienes intermedios, como insumos, partes y componentes usados en manufactura, especialmente en los sectores de electrónica, maquinaria, textil y automotriz. Entre los más destacados se encuentran los teléfonos móviles y dispositivos de redes inalámbricas, cuyo valor ascendió a 9 mil 443 millones de dólares en 2024.
El análisis advierte que esta alta participación de bienes intermedios chinos en las cadenas de valor mexicanas genera una paradoja: si bien contribuyen a reducir costos y mejorar la competitividad de productos finales, también generan vulnerabilidades en términos de dependencia tecnológica y logística. En sectores como electrónica, maquinaria ligera y bienes de capital, China se ha consolidado como proveedor casi exclusivo de ciertos componentes, limitando las alternativas de la industria mexicana ante posibles interrupciones.
En contraste, las exportaciones de México hacia China están concentradas principalmente en materias primas, siendo los minerales de cobre y sus concentrados el principal producto enviado en 2024. Esto evidencia un desequilibrio en la relación comercial, caracterizada por la entrada masiva de bienes manufacturados y tecnológicos desde China y la salida de recursos naturales desde México.
El análisis plantea la necesidad de diversificar proveedores y reforzar la industria nacional para reducir riesgos, sin dejar de aprovechar las ventajas competitivas que ofrecen los insumos importados.

