AGENCIA
Internacional.- Dos mediciones internacionales de referencia -el Global Organized Crime Index 2025 y los Criminality Scores publicados en el mismo informe- contradicen el discurso del gobierno federal que presume una mejoría histórica en seguridad y una reducción sostenida en los homicidios. Ambos rankings colocan a México entre los países con mayor criminalidad del planeta, incluso por encima de regiones asociadas con conflictos armados y colapso institucional.
De acuerdo con la nueva edición del índice, representada en un mapa mundial donde las zonas más peligrosas aparecen en tonos oscuros, México ocupa el tercer lugar global en criminalidad dentro del ranking oficial de Criminality Scores y el primer lugar en la medición de mercados criminales difundida días antes.
Los 10 países con mayor criminalidad en 2025 según el índice son: Myanmar (8.08), Colombia (7.82), México (7.68), Ecuador (7.48), Paraguay (7.48), República Democrática del Congo (7.47), Sudáfrica (7.43), Nigeria (7.32), Líbano (7.30) y Turquía (7.20). Paralelamente, el ranking centrado en mercados criminales colocó a México en primer lugar, seguido por Myanmar y Colombia.
Ambas mediciones coinciden en señalar que México se mantiene como uno de los países con mayor presencia, complejidad y capacidad operativa de redes criminales a nivel global.
Aunque el gobierno federal insiste en que el país vive una recuperación en seguridad pública, con una supuesta tendencia a la baja en homicidios y otros delitos, los índices internacionales evalúan factores más amplios. Estos incluyen la fuerza y diversificación del crimen organizado, su control territorial, la corrupción institucional, el tráfico de armas, personas y drogas, y la capacidad del Estado para contener economías ilícitas. En esos rubros, México aparece entre los países más afectados del mundo.
Expertos internacionales explican que una reducción en homicidios no necesariamente refleja una disminución en el poder criminal. Por el contrario, cuando un grupo delictivo consolida el control de un territorio, la violencia visible puede disminuir mientras la criminalidad estructural aumenta. Menos violencia no implica menos crimen, sino organizaciones más fuertes y sofisticadas.
América Latina vuelve a aparecer como un epicentro global de criminalidad. Ecuador escala posiciones tras el colapso de seguridad registrado desde 2023; Paraguay aparece entre los más afectados por el dominio del narcotráfico en la Triple Frontera; y Colombia experimenta un reacomodo de grupos armados tras el acuerdo de paz. México encabeza la región por la profesionalización y diversificación financiera de sus cárteles, según el informe.
La publicación de estos rankings ocurre a un año del Mundial 2026, lo que agrega presión sobre la percepción internacional de seguridad en México. Además, coincide con advertencias recientes de organismos como ONU, Europol y el Departamento de Estado sobre el crecimiento del tráfico humano, el lavado de dinero y la expansión global de los cárteles mexicanos.
Mientras el gobierno sostiene que el país avanza hacia la paz, los índices internacionales muestran una realidad distinta: México figura entre las naciones con mayor criminalidad estructural y con organizaciones delictivas que operan con alcance transnacional y una profunda influencia en ámbitos económicos y territoriales.

