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México… ¿Suave patria?

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La palabra Cocula proviene del vocablo náhuatl cocolli, riña o enojo: “lugar de las discordias o riñas”. Hay otras interpretaciones: que proviene de cocoa, “hacer ondulaciones o culebrillas”, y otros dicen que su origen es coculin, fruto. Hasta en esto, no hay acuerdo.

Cuentan quienes saben, que en la Loma del Coyote sucedió la tragedia. Llorarla es lo que procede, a condición de no olvidar que en tanto se trata de agravios a la dignidad humana, lo único que la restituye es el valor de enfrentar la adversidad. El luto nacional conmueve. Con-mover. Movernos juntos, sí, para exigir nuestro derecho: justicia. Vindicar nuestro derecho a la justicia, para que quienes fueron responsables lo asuman y cumplan su castigo, y quienes sufrieron las pérdidas encuentren consuelo en la verdad. En eso estamos.

En principio, exigir justicia, que quienes estuvieron involucrados en esta tragedia den la cara. Ni el gobernador (ahora, ex) ni aquellos/as que participaron, y ¿ganaron?, algo con la muerte de los jóvenes, queden en la impunidad, ese muy oscuro manto que vaya una a saber cómo, pero que ha podido encubrir a miles de hampones. Y seguidamente, urge reflexionar.

Desde hace ya muchos años, las normales, especialmente las rurales, dejaron de tener el sentido que en otros tiempos las impulsó. Ahora, sólo sirven para que el sindicato de maestras/os siga cobrando cuotas. Por ello, se decidió que había que reconvertirlas y hacer de ellas, centros de educación superior. En eso se supone que estamos. (A propósito, ¿alguien sabe quién es el director de la Normal de Ayotzinapa?).

¿Cuánto tarda una normal en reconvertirse? Supongo que cuando el tristemente célebre Sindicato de Maestros (¿?) decida qué le conviene. Pero hoy no estamos para contemplaciones (en realidad, nunca debiéramos de estar) así que, atreviéndome a poner plazos, en tres meses esperemos, nos anuncien que esa normal es ya un centro de educación superior, moderno y con tecnología de punta, para que las muchachas y muchachos que estudian en Ayotzinapa sean integrantes de la “aldea global”.

Ayotzinapa, según el INEGI, en 2010 contaba con 84 personas: 42 mujeres y 42 hombres. En 2010, casi 66% de las localidades rurales tenían una población menor a 49 habitantes, que representaba al menos  5% de la población rural. Y las que concentraban de 50 a 99 habitantes eran 15 mil 162, lo que representaba 8%, con una población de 1,088,182. Sin sorpresa, la mayoría tienen raíces
indígenas.

Los tiempos de los poetas no fueron mejores. A López Velarde lo templó la Revolución; a García Lorca, la Guerra Civil. Sin embargo, fueron capaces de mirar a su patria con indulgencia: “Tu imagen, el Palacio Nacional,/ con tu misma grandeza y con tu igual/ estatura de niño y de dedal”.

“Por abajo canta el río: volante de cielo y hojas. Con flores de calabaza la nueva luz se corona. ¡Oh pena de los gitanos! Pena limpia y siempre sola. ¡Oh pena de cauce oculto y madrugada remota!”, García Lorca.

 *Licenciada en pedagogía y especialista en estudios de género

clarasch18@gmail.com

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