


Nueva Jersey, EE.UU. – 6 de agosto de 2025. El mundo de la música despide a una leyenda. Eddie Palmieri, pianista, compositor y director de orquesta que marcó un antes y un después en la historia del jazz latino y la salsa, falleció este miércoles a los 88 años en su hogar en Nueva Jersey. La noticia fue confirmada en su cuenta oficial de Instagram.
Palmieri no solo tocó el piano: lo transformó en un instrumento de rebeldía, cultura y evolución. Su estilo audaz, fusionando ritmos afrocubanos con jazz, funk y conciencia social, lo convirtió en una figura icónica durante más de siete décadas.
Nacido el 15 de diciembre de 1936 en el barrio neoyorquino de Spanish Harlem, Eddie Palmieri creció con la música en la sangre. Su hermano mayor, Charlie Palmieri, fue su primera gran inspiración. Pero fue Eddie quien rompió las reglas del juego.
En 1961 fundó La Perfecta, orquesta con la que cambió la sonoridad de la salsa al reemplazar trompetas por trombones. Su tema “Azúcar pa’ ti” (1965) se volvió un clásico imperecedero e incluso fue incluido en el Registro Nacional de Grabaciones de EE.UU. por su valor cultural.
No se conformó con los moldes. En 1971 lanzó Harlem River Drive, una atrevida mezcla de jazz, soul, funk y mensajes sociales, que demostró que la música latina también podía ser instrumento de conciencia.
Palmieri ganó 10 premios Grammy, incluyendo el primero otorgado en la categoría de Latin Recording en 1975. Fue honrado con el NEA Jazz Masters Award y el Premio a la Excelencia Musical por la Academia Latina de la Grabación.
Sus discos no solo sonaban en los salones de baile: también brillaron en las listas de Billboard. Álbumes como Obra Maestra (2000, con Tito Puente) y Ritmo Caliente (2003) consolidaron su lugar como uno de los pilares de la música tropical y el jazz moderno.
Más allá del escenario, Palmieri fue un apasionado educador. Participó activamente en talleres, clínicas y conferencias para formar a nuevas generaciones de músicos latinos y afrodescendientes en todo el continente.
Tras la muerte de su esposa Iraida, en 2014, Eddie continuó rindiéndole homenaje musicalmente, llamándola siempre “Mi Luz Mayor”. Le sobreviven sus cinco hijos y cuatro nietos.
La Academia Latina de la Grabación lo despidió con un mensaje claro: “Su talento rompió barreras, fusionando tradición con innovación y dejando una huella imborrable”.
Desde los clubes del Bronx hasta escenarios internacionales, Eddie Palmieri tocó más que música: tocó almas. Su legado sigue vivo en cada nota de salsa que enciende la pista, en cada jazz improvisado que desafía las reglas, y en cada músico que cree que se puede cambiar el mundo con ritmo.


