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Mujeres y niñas, invisibles en la tragedia: Terremoto en Afganistán deja más de 2 mil 200 mvert0s

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AGENCIA

Afganistán.- Uno de los peores terremotos en la historia reciente de Afganistán sacudió el domingo 31 de agosto las provincias orientales de Kunar y Nangarhar, con una magnitud de 6 grados y una profundidad superficial de 10 kilómetros. El saldo oficial hasta el momento asciende a más de 2 mil 200 personas muertas, al menos 3 mil 600 heridas y más de 5 mil 400 viviendas destruidas.

Más allá de la devastación material, el desastre ha revelado nuevamente las duras restricciones impuestas por el régimen talibán, que limitan la asistencia y el rescate de mujeres y niñas. Testimonios desde las aldeas más golpeadas denuncian que ellas no están recibiendo atención médica ni apoyo humanitario.

En la comunidad de Bibi Aysha, provincia de Kunar, los equipos de emergencia llegaron 36 horas después del sismo. Aysha, una joven de 19 años, relató a The New York Times que los socorristas evacuaron a hombres y niños heridos, pero relegaron a las mujeres, incluso a aquellas que sangraban. “Nos juntaron en una esquina y se olvidaron de nosotras”, denunció.

Otros testimonios confirman el patrón. El voluntario Tahzeebullah Muhazeb contó que en la aldea de Mazar Dara los rescatistas varones “eran reacios a sacar a mujeres atrapadas bajo los escombros”, obligándolas a esperar hasta que vecinas llegaran a ayudarlas. Según señaló, incluso los cuerpos de mujeres fallecidas eran arrastrados por la ropa para evitar el contacto físico.

La discriminación se repite en los hospitales. En Kunar y Nangarhar hay una grave escasez de personal médico femenino, ya que desde 2022 los talibanes prohibieron a las mujeres estudiar medicina. Zahra Haghparast, odontóloga exiliada en Alemania, advirtió a DW que varias embarazadas heridas murieron por falta de atención especializada. “Hay doctoras y enfermeras listas para ayudar, pero no reciben permiso de las autoridades”, denunció.

La representante especial de ONU Mujeres en Afganistán, Susan Ferguson, alertó que “las mujeres y las niñas volverán a ser las más afectadas por este desastre, por lo que debemos asegurar que sus necesidades estén en el centro de la respuesta”.

Activistas locales señalan que las políticas talibanas impiden que las mujeres sean vistas o atendidas por extraños, lo que las deja en situación de invisibilidad total. “No sabemos siquiera si están heridas ni cómo”, explicó Fatemeh Rezaei, defensora de derechos entrevistada por Europa Press.

El terremoto se suma a una emergencia humanitaria crónica: El 64% de la población afgana vive en la pobreza, la mitad depende de ayuda internacional y un 14% enfrenta hambre aguda, según la ONU.

La Unión Europea anunció el envío de un millón de euros y 130 toneladas de material de emergencia, entre tiendas de campaña, equipos médicos y potabilizadores de agua. En contraste, Estados Unidos no ha liberado fondos de asistencia y mantiene la política de no apoyo a Afganistán. Exfuncionarios de USAID recordaron que la administración de Donald Trump suspendió este año más de 560 millones de dólares en ayuda tras denunciar pagos de organizaciones humanitarias a los talibanes.

Mientras tanto, en las aldeas devastadas, los sobrevivientes intentan recuperar cuerpos bajo los escombros sin maquinaria ni atención médica suficiente. Y las mujeres, una vez más, enfrentan la tragedia en soledad.

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