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NAVIDAD EN PAPEL

Superiberia

Por Andrés Timoteo / columnista

NAVIDAD EN PAPEL

 En esta Navidad no regales ni teléfonos móviles ni tabletas digitales, es el llamado mundial. Es más, en el viejo Continente hay una pugna para que las fiestas sean alejadas del ciberespacio, desintoxicadas de las redes sociales. La convivencia familiar acompañada con la reflexión personal y colectiva deben ser prioridad. Y, en segundo lugar, el cultivo del pensamiento y la imaginación.

 Para esto último la lectura en papel es la clave. Así, la sugerencia para las fiestas decembrinas es regalar libros, en especial a los niños y jóvenes. Una Navidad de lectura es una suerte de jarabe para los peligros modernos. El libro es como la Luna, tal como lo decía Jaime Sabines en su bello poema dedicado al satélite pues un libro en el bolsillo es mejor amuleto que la pata del conejo, (pues) sirve para encontrar a quien se ama y para ser rico sin que lo sepa nadie.

 El libro se puede dar de postre a los niños y es una llave para los presos y desencantados. Para los condenados a la muerte y para los condenados a la vida no hay mejor estimulante que un libro en dosis precisas y controladas. Por eso, en estos días de asueto hay que robarle algunas horas a la diversión para leer, como remedio y autodefensa frente a la vorágine enajenante de las redes sociales y hasta de la prensa.

 Y qué mejor que leer a los nuestros de ser posible. México ha tenido en el último par de años una buena producción literaria y una grata sorpresa es que los mejores autores fueron mujeres, según las reseñas de los críticos literarios. Una de ellas es veracruzana, la porteña Fernanda Melchor con su multipremiada “Temporada de Huracanes”. El pasado 8 de diciembre, Melchor estuvo en Alemania recibiendo el Premio Anna Seghers 2019 por ese texto. 

 También las editoriales hispanas ponderan a la escritora defeña, Verónica Gerber Bicecci como su novela “La Compañía” que habla sobre la minería en México con sus ruinas y estragos. Otra pluma mexicana reconocida en este 2019 es la también capitalina Brenda Navarro con su libro “Casas Vacías” que retrata el drama de las madres frente a la desaparición de sus hijos en este México convulso. 

Este año, también las editoriales en lengua española destacaron una obra de la desaparecida Elena Garro, “Los Recuerdos del Porvenir” (1963), como sugerencia a releer para los que la conocen y a descubrirla para los de las nuevas generaciones. Y si se quiere honrar las efemérides, en este 2019 se cumplió un siglo de la muerte del extraordinario Amado Nervo – y sus poemas son imperdibles. Magnifica tarea: acercar los niños a la poesía, la crema de la literatura.

 Nervo escribió poemas para ellos. Uno muy sencillo como bello y educativo se llama “Los Cinco”: “Este es el niño chiquito/y bonito; al lado de él/ se encuentra el señor de anillos;/ luego, el mayor de los tres. / Este es el que todo prueba/ y, sobre todo, la miel. / – ¿Y éste, más gordo que todos? / -Ese el matapulgas es”. Son, claro, los dedos de la mano.

 Hay que hacerle honor al villancico literario: pastores venid, / pastores leer/ que el Niño Dios está por nacer/ y para arrullarlo un cuento hay que saber. De paso, hacer caso al llamado de recuperar las cartas de felicitaciones por Navidad y Año Nuevo escritas a mano, sobre papel real y entregarlas a sus destinatarios dentro de un sobre, también de papel, ya sea por correo o personalmente.

 Para la mayoría de los niños, adolescentes y jóvenes las tarjetas y postales navideñas de papel son vestigios de la prehistoria, pero enseñarles a expresar en ellas sus sentimientos con letras o dibujos es un punto de partida ideal para que arrastren la pluma y explayen la imaginación. Una navidad en papel -leyendo o escribiendo- es urgentemente necesaria para desintoxicarse de lo digital.

LA MAMÁ DEL KRAMPUS

 Y como todo tiene su lado oscuro, en estos días reapareció la bruja del magisterio justo en vísperas de la Navidad. Elba Esther Gordillo sale a la palestra para mandar un mensaje político: en el 2020 quiere recuperar sus fueros perdidos, tanto en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) como en los cargos públicos por medio de su nuevo partido, Redes Sociales Progresistas, que lo obtendrá con la bendición de la “cuarta transformación”. 

Rodeada de arreglos florales y libros -como si la señora leyera cuando todos saben que es una analfabeta funcional-, la ‘charra’ del magisterio pide en un video a sus seguidores prepararse “porque muy pronto habrá que estar listos para enfrentar con éxito los grandes cambios que requiere nuestro sistema educativo y nuestra organización”. Hasta parece amenaza. ¿Qué tanta porción del pastel educativo y del poder político le cederá el nuevo régimen?

 Antes a Gordillo la apodaron “La mamá de Chucky” ahora deberá ser la Grinch que se quiere robar la fiesta o de plano “la mamá del Krampus”, el demonio de la Navidad en los países nórdicos, porque solo de verla espanta. El monstruo desenterrado por el lopezobradorismo está de regreso con su saco al hombro para llevarse todo lo que pueda.

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