


Córdoba.- Trabajadores y extrabajadores del Club Campestre Cordobés han denunciado sueldos bajos, despidos injustificados y la existencia de un controvertido “impuesto” del 10% sobre sus ingresos. A estas denuncias se suman ahora evidencias de nepotismo en las contrataciones económicas autorizadas por el actual Consejo Administrativo.
Uno de los casos más señalados involucra la decoración de áreas comunes y la organización de eventos conmemorativos, como el 6 de enero, 14 de febrero, Día de las Madres, Halloween y Navidad. Según diversas fuentes internas, estas actividades se asignan de manera directa y sin procesos de licitación a una persona estrechamente vinculada a la familia Becerra. Los montos asignados a estas tareas serían considerables, lo que ha generado malestar entre los socios.
Testimonios confiables y rumores dentro de la comunidad del club indican que esta persona mantiene una relación sentimental con el presidente del Consejo Administrativo, lo que comprometería la transparencia y ética en la toma de decisiones. Este vínculo plantea serias dudas sobre la imparcialidad y profesionalismo en el manejo de los recursos del club.
Estas prácticas, sumadas a otras decisiones polémicas, ponen en tela de juicio la integridad y la calidad moral de quienes hoy lideran la administración del Club Campestre Cordobés. Cada vez más, las acciones internas parecen alejarse de los principios de legalidad, equidad y responsabilidad que deberían regir en toda institución seria y comprometida con su comunidad.

