


Alejandro Aguilar
El Buen Tono
Cordoba, Ver.- Hoy se cumple otro día de paro laboral en las dos sucursales del Monte de Piedad en Córdoba, donde el silencio tras los mostradores vacíos habla de un conflicto que trasciende la simple demanda salarial. Lo que mantiene en huelga a los nueve trabajadores locales, y a mil quinientos más a nivel nacional, es el incumplimiento sistemático de acuerdos previos, donde un detalle aparentemente menor —la restricción del horario de alimentos— se ha convertido en el símbolo de un desgaste mayor.
Armando Navarrete Carreras, Secretario General de la Sección 23, lo explicó con claridad: “Tenemos derecho a media hora de comida pagada pero la institución no nos permite esa media hora… entonces lo estamos haciendo continuo”. Esta frase encierra la esencia del conflicto. No se trata solo de media hora de descanso, sino del respeto a la dignidad y a los derechos más básicos consignados en el contrato colectivo. La jornada, que se extiende ininterrumpidamente de ocho y media de la mañana a cinco de la tarde, se convierte en una carga que vulnera el bienestar de los empleados.
Este incumplimiento en Córdoba es una pieza de un rompecabezas nacional de desacuerdos. La huelga, que inició el primero de octubre, es un recurso extremo al que se llegó después de que la institución violara los convenios firmados el año pasado, acuerdos que precisamente llevaron a levantar una huelga anterior. La situación revela un patrón de negociación fracturada, donde los acuerdos no se honran. El proceso ahora está en un punto crítico, a la espera de que la Secretaría de Trabajo y Previsión Social declare “existente” la huelga, un requisito legal que se espera se resuelva tras el vencimiento del plazo de 72 horas. Solo entonces se citará a las partes para intentar un arreglo en mesas de conciliación.

