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Orizaba bajo escrutinio; crimen expone la falta de la seguridad

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De la Redacción
El Buen Tono
Orizaba.– A más de 60 horas del asesinato de Zhu Junyu, comerciante de origen chino y propietario del recién inaugurado restaurante “Comida China Fulin”, ocurrido el pasado domingo 24 de agosto en la Plaza McDonald’s de Orizaba, el cuerpo permanece en las instalaciones del Servicio Médico Forense sin ser reclamado oficialmente, lo que obligaría a la intervención de la Embajada de China en México.
La falta de documentos oficiales y de familiares directos en el país ha generado que la representación diplomática del gigante asiático pueda asumir el proceso de reconocimiento y disposición final del cadáver, el cual, de acuerdo con especialistas, podría ser sepultado o cremado en México, dado que no existe la posibilidad de repatriación sin la presencia de un familiar directo.
El nombre de la víctima fue proporcionado por su cuñada y por trabajadores del restaurante, quienes confirmaron su identidad ante las autoridades ministeriales. El establecimiento, que apenas llevaba 15 días abierto, se mantiene cerrado al público y acordonado por la Fiscalía General del Estado como parte de las diligencias de investigación.
Este homicidio no sólo ha causado indignación entre comerciantes y ciudadanos, sino que también ha puesto en evidencia la fragilidad de la seguridad en Orizaba, ciudad que presume Juan Manuel Diez Francos contar con una policía “de élite” certificada bajo el modelo CALEA (Commission on Accreditation for Law Enforcement Agencies).
Lejos de garantizar la tranquilidad de los orizabeños, dicha certificación ha sido duramente cuestionada por activistas y especialistas en seguridad, quienes consideran que sólo representó un desembolso millonario para generar una falsa sensación de confianza. Los hechos recientes, como el asesinato de Zhu Junyu en una de las zonas más transitadas de la ciudad, evidencian que los elementos policiales no han logrado contener la violencia ni ofrecer un trato humano a la ciudadanía, pues con frecuencia son señalados por su actitud déspota y la carencia de protocolos efectivos en situaciones de emergencia.
El caso ha escalado a tal nivel que ahora podría requerir la intervención diplomática de la Embajada de China, lo que coloca a Orizaba en el centro de un problema no sólo local, sino internacional, evidenciando que ni la certificación internacional ni el despliegue policial han sido suficientes para proteger a la población ni garantizar justicia.
Mientras tanto, la Fiscalía de Veracruz continúa sin emitir un posicionamiento oficial sobre este crimen, lo que incrementa el malestar de la ciudadanía, que observa cómo la inseguridad y la violencia alcanzan incluso a visitantes y comerciantes extranjeros que apuestan por invertir en la ciudad.

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