


Córdoba.- Desde mediados de octubre del año pasado, Córdoba y la región viven un ambiente de intranquilidad generada por la inseguridad del narcotráfico. Detrás de la paz intermitente están dos bandas de criminales; una de ellas, los Zetas quienes buscan retomar el control de la plaza disputándosela a sangre y fuego a otro grupo rival.
La pelea por el dominio de la venta de droga y piratería, principalmente, ha cobrado la vida de casi 100 personas en 14 meses. En los dos primeros meses del año, suman 32 asesinados.
Ciudades como Córdoba; Orizaba; Alcultzingo; Atoyac; Omealca; Yanga; Amatlán de los Reyes; Huatusco; Maltrata, Tezonapa y Zongolica se encuentran en la lista donde mayor inseguridad por el crimen organizado existe.
El 29 de mayo de 2014, el Gobierno del estado envío 750 elementos pertenecientes a la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), de la Secretaría de Marina (Semar), Ejército Mexicano y de la Policía Federal con el propósito de reforzar los esquemas de seguridad en la región.
Sin embargo, a nueve meses del operativo “Blindaje Córdoba”, la ola de violencia no ha cesado; no obstante, tampoco la presencia policial. Actualmente de acuerdo con datos oficiales únicamente vigilan 250 oficiales del Mando Único.
Este grupo criminal poco a poco ha ido retomando el control de sus actividades y eliminando a sus enemigos; el alto número de ejecuciones registradas en la zona, pero sobre todo en Córdoba, son responsabilidad de ellos.
A penas el 19 de febrero, mientras el Gobierno local de Córdoba reconocía la labor del Ejército mexicano y aseguraba que con ellos los cordobeses se sentían más tranquilos, el comandante de la Defensa Rural del Ejército, coronel Oswaldo Béjar Méndez, declaraba a la prensa que el incremento de la inseguridad en la región se debía a una pelea por la plaza entre grupos de la delincuencia organizada.
Sin embargo, para él, quien por mucho tiempo estuvo en Michoacán, los índices de inseguridad no son nada comparados con éste y otros estados del norte del país.
“Se pelean entre ellos mismos por la plaza y sus drogas. La zona es estable, pero sí hay enfrentamientos entre los mismos grupos por la lucha de plazas y drogas”, insistió.
Desde la salida de los Zetas, el pasado 20 de marzo de 2013, cuando el Gobierno del estado obligó a los alcaldes de Córdoba (Francisco Portilla) y Fortín (Carlos Junco), ambos del Partido Revolucionario Institucional, a desaparecer a sus Policías municipales-ambas presuntamente vinculadas con el crimen organizado-, para dar paso al Mando Único, el control de la venta de droga y piratería, principalmente, pasó a manos de los desertores de la organización.
Sin embargo, casi en el último trimestre de 2014, esta organización lanzó una advertencia a quienes deseaban retarlos, con ejecuciones –casi diarias- y a plena luz del día.
El diez de octubre, después de haber dejado a sus hijos en el jardín de niños ubicado sobre la calle 11 avenidas 7 y 9 en el centro de la Ciudad, Antonio Pérez Luna, fue asesinado de al menos tres balazos; él se dedicaba a la venta de ropa americana.
El primero de noviembre, en el mercado Revolución, a las 10:00 de la mañana, Daniel Abril Morás, fue asesinado de un balazo en la cabeza por un hombre. Él se dedicaba a suministrar de piratería a toda la zona del mercado.
El 11 de diciembre, mientras lavaba su automóvil, Cristian Kuri Huerta, fue ejecutado por un solitario hombre. Él, era sobrino de Yolanda Grett Kuri Villegas, alias “La Kuri”, quien por muchos años trabajó para Los Zetas.
El presidente de la Organización No Gubernamental (ONG) Pacto Ciudadano, Edmundo Rodríguez Yeladaqui consideró que los hechos de violencia e inseguridad desatados en la zona, son el resultado de un Estado fallido.
Explicó Yeladaqui el problema de la violencia e inseguridad radica en el hecho de que las bandas delincuenciales están adentro de las corporaciones de seguridad en diversos estados.
Miguel Angel Contreras Mauss
EL BUEN TONO


