


**Y Sheinbaum sigue regalando petróleo a Cuba; y los huachicoleros robándole los tubos, y los chatarreros robándole las válvulas y otras maquinarias nuevas.
AGENCIA
Ciudad de México.- Petróleos Mexicanos (Pemex), durante décadas considerada la gallina de los huevos de oro del país, enfrenta hoy una crisis financiera histórica que amenaza las finanzas públicas mexicanas. Analistas estiman que la estatal registrará un déficit de aproximadamente 31 mil millones de dólares, resultado de la caída en ingresos y de los rescates masivos para atender su deuda de 100 mil millones de dólares.
Durante años, Pemex fue la principal fuente de ingresos del país, llegando a representar hasta la mitad de las arcas públicas. Sin embargo, hoy la situación se ha invertido: En lugar de aportar recursos, la petrolera requiere subsidios millonarios del gobierno, lo que recae directamente sobre los contribuyentes, señala Jorge Cano, analista de México Evalúa.
La caída en los ingresos de Pemex se debe tanto a la disminución de la producción -que se redujo casi a la mitad respecto a su máximo de hace dos décadas- como a modificaciones fiscales que redujeron la porción de sus ventas que se destina al gobierno.
Durante la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, la empresa recibió cerca de 80 mil millones de dólares en apoyos entre inyecciones de capital y exenciones fiscales. Actualmente, la administración de Claudia Sheinbaum ha intensificado la asistencia: 12 mil millones de dólares provienen del acuerdo P-Cap, 13 mil millones de bancos locales de desarrollo y 14 mil millones de emisiones soberanas para financiar operaciones de recompra y pagos de deuda, además de otros 14 mil millones proyectados para 2026.
El director general de la consultora EMPRA, Alejandro Schtulmann, advierte que este modelo convierte a Pemex en el principal beneficiario de los flujos fiscales, mientras que el gobierno y los contribuyentes se convierten en los perdedores netos, generando dudas sobre la sostenibilidad del esquema basado en subsidios.
Históricamente, Pemex fue la principal fuente de ingresos del gobierno, pero su situación comenzó a cambiar con la reforma energética de Enrique Peña Nieto y se intensificó con las políticas fiscales de AMLO, quien redujo los impuestos de la empresa del 65 al 30 por ciento. Actualmente, bajo la administración de Sheinbaum, Pemex paga alrededor del 30 por ciento de impuestos sobre ingresos petroleros y 11.67 por ciento sobre gas natural.
Si bien Fitch Ratings y Moody’s han mejorado recientemente el perfil crediticio de Pemex, Fitch advierte que la relación deuda/PIB de México podría superar el 57 por ciento en 2026 debido a que la deuda de la petrolera migra al balance general del gobierno, aumentando los riesgos fiscales.
John Padilla, director general de IPD Latinoamérica, señala que aunque un déficit anual de 20 mil millones de dólares podría no ser crítico por sí solo, la combinación con un bajo crecimiento económico podría poner en riesgo la calificación crediticia de México, lo que convierte la situación de Pemex en un desafío clave para la estabilidad financiera del país.

