


México.- Ser periodista en México implica enfrentarse a las agresiones en un ambiente de impunidad y abandono institucional, con la autocensura y el exilio como opciones casi únicas de supervivencia.
Esa es la condición del trabajo informativo en regiones donde persiste la violencia generada por la delincuencia organizada y por el embate frontal del Estado, sobre todo cuando éste ha eludido su responsabilidad de garantizar la libertad de expresión, coinciden Balbina Flores, Francisco Sandoval y Jade Ramírez, defensores de derechos de los periodistas.
Entrevistados por separado días después de que se difundiera el video de la reunión de Servando Gómez, La Tuta, con Eliseo Caballero y José Luis Díaz, los activistas no justifican las acciones de Caballero y Díaz, pero resaltan que a partir de 2005, cuando se acentuó la violencia de los cárteles, los reporteros que cubren esa fuente se volvieron blanco de agresiones.
Hasta la fecha, indican, esos ataques no han cesado pese a que ya existen instrumentos jurídicos e instituciones como la Ley General para la Protección de Periodistas y Defensores de Derechos Humanos y la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE).
De acuerdo con el último informe estadístico de la FEADLE, de enero de 2000 al 31 agosto de 2014 se reportaron 102 homicidios y 24 desapariciones de periodistas.
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