


Tinta Ácida
El Buen Tono
Ixhuatlancillo, Ver.– Mientras las autoridades municipales presumen estrategias de colaboración política, en las calles de Ixhuatlancillo persiste una realidad alarmante: menores de edad trabajando, vendiendo dulces o pidiendo limosna, en condiciones de evidente vulnerabilidad. El DIF municipal, que debería velar por la protección de la infancia, ha permanecido omiso ante esta problemática, permitiendo que la explotación infantil se normalice en un contexto de pobreza y abandono institucional.
Organizaciones y vecinos han denunciado que esta situación no es nueva, y que también ocurre en municipios como La Perla, donde la presencia de niñas y niños en semáforos, mercados o plazas es constante, sin que existan operativos ni acciones visibles del Sistema DIF para frenar estas prácticas. La falta de intervención no solo representa una omisión grave, sino que evidencia una falta de interés por garantizar los derechos fundamentales de la niñez.
Aunque se argumenta que se trata de municipios con altos niveles de marginación, la pobreza no puede ser pretexto para que menores sean expuestos a jornadas callejeras, riesgos y explotación. La permisividad del DIF en estos casos podría encuadrarse dentro de una práctica de negligencia institucional, al no activar los mecanismos de protección previstos por la ley.
La ciudadanía exige respuestas, no excusas. Urge que el DIF municipal, en lugar de operar como una oficina decorativa, actúe con firmeza para identificar y atender estos casos, y sobre todo, prevenir que sigan ocurriendo

