


Córdoba.- En este Día del Padre, el obispo de la Diócesis de Córdoba, Eduardo Patiño Leal, aprovechó para felicitar a todos aquellos varones que asumieron la paternidad con valentía y amor; al mismo tiempo conminó a quienes han abandonado a sus hijos, a reflexionar y enmendar su comportamiento, al final de sus días tendrán que responder por aquellos infantes que abandonaron a su suerte.
Tras celebrar la ceremonia de Comunión de 361 menores de la parroquia San Antonio, La Merced, El Cármen y la Divina Providencia; Monseñor destacó que todos aquellos papás que tienen la alegría de tener hijos, deben ser felicitados porque recibieron un regalo de Dios, el cual no se manda hacer por petición, sino cuando quieren adoptar por gusto el don de la paternidad, aún cuando no se trate de hijos biológicos.
“Los hijos son un regalo, cuando Dios los da; hay que recibirlos con mucha alegría. Por ello la paternidad se da a lo largo de la vida, no sólo de forma biológica, también es padre el que los ve crecer; hay padres adoptivos que son muy cariñosos y tratan bien sus hijos, ellos se convierten en verdaderos padres a través del amor que les dan”.
Insistió que el varón ha ido evolucionado con el paso de los años, ya que dentro de toda esa masculinidad, a veces no expresan mucho los sentimientos hacia sus hijos, pero en una sana psicología el padre debe abrazarlos, quererlos, expresarles su cariño, decirles que los ama, y al mismo tiempo hacer sentir a la mujer segura al tener el apoyo de su pareja, para poder dar a los hijos un padre y un ejemplo a seguir. Destacó que los varones deben respaldar en todo momento a la mujer en la tarea de crianza de los hijos, ya que así demuestran a través de la educación, el alimento, el cuidado de su salud, pero sobre todo el amor, el cariño, los que tienen una fe cristiana, la educación en la fe que se va heredando y pasando de generación en generación como un tesoro invaluable.
Malos padres, rendirán cuentas ante Dios
Ante todos aquellos varones que renunciaron a la paternidad, reconoció que desafortunadamente siempre hay “malos ejemplos de padres”, que renuncian a una vocación con tal de evadir una responsabilidad ante la vida, las leyes, la esposa y la pareja.
A ellos les recordó que Dios les pedirá cuentas.


