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Plataforma de SpaceX operó sin permiso en aguas mexicanas para recuperar restos de cohetes Starship

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AGENCIA

Matamoros, Tamaulipas.- Una plataforma marítima estadounidense operada por la empresa SpaceX irrumpió en aguas mexicanas del Golfo de México entre el 13 y el 16 de julio, sin autorización para realizar maniobras. Su objetivo: Recuperar fragmentos de las aeronaves Starship 8 y 9 caídas tras pruebas fallidas frente a las costas de Tamaulipas.

La estructura, identificada como LB Jill, de casi 4 mil toneladas de peso, se instaló el miércoles 16 de julio a 22 kilómetros al oriente de Playa Bagdad, en el municipio de Matamoros. Según registros satelitales del sistema AIS y reportes de NASASpaceflight.com, la plataforma llegó desde Port Fourchon, Luisiana, y permaneció brevemente en Brownsville, Texas, antes de iniciar operaciones en aguas mexicanas.

Operativo no autorizado

Durante su permanencia en la Zona Económica Exclusiva de México, la plataforma emitió una señal de advertencia indicando trabajos submarinos, típicos de recuperación de objetos pesados. Según denunció la organización ambientalista Conibio Global, el 20 de julio ya se habían extraído partes del cohete, específicamente propulsores de una de las naves de Elon Musk.

Jesús Elías Ibarra Rodríguez, presidente de Conibio, documentó desde altamar la actividad de la plataforma. “Esta plataforma lleva tres días trabajando en México y no sabemos si tienen permisos para estar aquí”, señaló en una transmisión.

El secretario de Marina, Raymundo Pedro Morales, confirmó posteriormente que la LB Jill no contaba con autorización para realizar operaciones de recuperación, aunque sí tenía permiso de internación. La plataforma fue retirada y el gobierno mexicano analiza sanciones por los trabajos realizados sin aprobación.

La plataforma y su misión

La LB Jill, una unidad autoelevable construida en 2014 por Seacor Marine LLC, está diseñada para tareas de alta complejidad en aguas someras. Con tres patas estabilizadoras, grúas de alta capacidad y un helipuerto funcional, es utilizada en misiones de mantenimiento, instalación offshore y, en este caso, recuperación de restos aeroespaciales.

Tras el operativo en el Golfo, la plataforma regresó al Puerto de Brownsville el 22 de julio con carga registrada como “Rocket Parts–1 M/T”. SpaceX confirmó días después la recuperación de uno de los propulsores Starship, sin especificar el modelo, y compartió una imagen de la plataforma cargando una pieza metálica desde el mar.

En el límite de la legalidad

El hecho de que una empresa extranjera opere en territorio marítimo mexicano sin autorización revive el debate sobre la soberanía nacional y los mecanismos de vigilancia y control en zonas económicas exclusivas. La ubicación del operativo, a 11.5 millas náuticas de la costa, apenas fuera del mar territorial, complica el marco jurídico.

México mantiene ahora el análisis de las consecuencias legales y diplomáticas de esta incursión no autorizada. Mientras tanto, la LB Jill ha zarpado de nuevo rumbo a Port Fourchon, cerrando un capítulo que combina alta tecnología, ambiciones aeroespaciales y violaciones a la soberanía marítima.

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