
Ciudad del Vaticano / Ciudad de México – En medio del hermético cónclave que se celebra en El Vaticano para elegir al sucesor del fallecido Papa Francisco, un nombre ha comenzado a resonar con discreta fuerza: Carlos Aguiar Retes, el arzobispo primado de México. Aunque los analistas no lo colocan entre los favoritos, su perfil moderado y progresista ha despertado interés dentro y fuera del mundo católico.
Aguiar Retes, originario de Tepic, Nayarit, ha sido desde 2017 el máximo representante de la Iglesia católica en México. De 75 años, el cardenal ha mostrado en los últimos años una visión pastoral afín a la apertura promovida por Francisco, especialmente en temas sensibles como la migración y la inclusión de la comunidad LGBT+.
Durante su gestión, al menos cuatro templos en la Ciudad de México han obtenido permiso para realizar misas dominicales inclusivas, dirigidas a personas gays, lesbianas, trans y de otras identidades de género. Un acto que, aunque no exento de controversia, ha sido visto como un paso hacia una Iglesia más empática y cercana a realidades sociales contemporáneas.
“No rechacen a sus hijos por su orientación sexual”, dijo el cardenal en 2020, dirigiéndose a las familias mexicanas. “Esta es la libertad”.
Aguiar Retes también ha compartido el fuerte compromiso del Papa Francisco con los migrantes. En su primer acto como arzobispo primado, declaró que la migración era un tema que tocaba su corazón. Durante la pasada Semana Santa, protagonizó un gesto simbólico: lavó los pies a migrantes y a madres de desaparecidos, un acto de compasión que fue ampliamente cubierto por los medios.
Aunque se ha mostrado firme en su oposición al aborto, despenalizado por la Suprema Corte, también ha abogado por el diálogo y la convivencia pacífica con un Estado laico.
Su relación con Francisco se remonta a 2001, cuando ambos coincidieron en una asamblea de obispos en Roma. Esa cercanía se profundizó a lo largo de los años, al punto de que el pontífice argentino lo nombró cardenal en 2016.
En un país marcado por la violencia —donde al menos diez sacerdotes han sido asesinados desde 2018—, Aguiar Retes no ha dudado en levantar la voz. Tras el brutal asesinato de dos jesuitas en Chihuahua en 2022, la Iglesia mexicana exigió un cambio en la estrategia de seguridad del gobierno, generando tensiones con el entonces presidente López Obrador. Sin embargo, Aguiar ha insistido en la necesidad de buscar coincidencias para construir un ambiente social más empático.
Ahora, desde Roma, su figura representa una esperanza para quienes sueñan con una Iglesia que combine tradición con compasión, doctrina con diálogo.
¿Será suficiente para dar la sorpresa y convertirse en el nuevo líder espiritual de más de mil millones de católicos? El tiempo y los cardenales dirán.
