


Se cumplieron dos meses de la noche negra en Iguala.
El estatus de la investigación nos pone en espera, aunque esta vez no por la aprehensión de los responsables (esos ya están detenidos), aunque los más relevantes (los Abarca) se sigan negando a declarar. Pero nos queda esperar los resultados que la Universidad de Innsbruck, en Austria,
enviará a nuestro país.
Dos meses de esta tragedia, de estos hechos lamentables que, por supuesto, no deben repetirse
nunca más.
Para eso tenemos que trabajar, no sólo decirlo en el discurso.
Hace un par de días, el procurador señaló las conclusiones de lo que fue su investigación; una investigación larga, con un proceso de transparencia que nos permitiera llegar lo más cercano a la verdad y que nos permitiera llegar a los
culpables y castigarlos.
Se mandaron algunos restos, que son los que ellos mismos decidieron que podían encontrar algo y estamos en el proceso de espera.
Esto creo que puede darse de un lado y para el otro. Para ver si esto tiene una relación con la investigación que hizo el procurador.
Y la otra, suponiendo que no, pues tenemos muchos detenidos, tenemos claridad en lo que ha manifestado cada uno de ellos.
“Y por supuesto, ver uno o dos que nos pudieran aportar más datos al respecto….”, me contestó ayer Miguel Ángel Osorio Chong en entrevista, cuando le pregunté de los avances de la investigación del caso de los normalistas de Ayotzinapa.
De igual forma le pregunté sobre lo expuesto por “France 24”, un canal de televisión francés, en donde conocimos sólo un testimonio, éste de una madre en Cocula, que indicaría que habría ocurrido (un par de meses antes de Ayotzinapa) otro presunto secuestro de 30 estudiantes de secundaria en ese municipio: “Sí, desde que supe en la mañana estamos investigando”.
“De hecho fuimos a la propia escuela. Yo espero en un rato más, tener algunos elementos para
darlos a conocer”.
“De entrada, te digo que el mismo director dice no tener registrada alguna ausencia de lo que ellos tienen en sus listas. Además, estábamos buscando en el estado —Guerrero— alguna denuncia, algún
dato al respecto”.
“Entonces, tenemos que esperar para no errar”, me contestó el secretario de Gobernación.
“Tenemos unas debilidades muy importantes en las fuerzas de seguridad, particularmente me he referido mucho a
los ayuntamientos”.
“No es algo nuevo, que yo haya descubierto, es algo que se ha venido comentando y en donde se tienen que hacer adecuaciones y acciones, unas inmediatas y otras que llevarán un proceso a mediano y corto plazos, para resolver
estas debilidades”.
“Es un tema —el de Mando Único— que ha estado en la plática, en el discurso desde hace ya un buen rato y que nosotros hemos venido ya manejando, en donde la mayoría de los estados han llegado a un acuerdo, pero que no es suficiente”.
“Tiene que ser un Mando Único en el que estén todos homologados y en el que sea de manera obligatoria. Y todos los demás instrumentos que se tienen que dar al Mando Único”.
“Son las declaraciones
del Presidente…”,
Porque además de Ayotzinapa son varios los pendientes en materia de Estado de derecho que estamos arrastrando, no de ahora, sino de décadas, de sexenios que han postergado ese
importantísimo pendiente.
El anuncio de Enrique Peña Nieto. Uno sobre planes y acciones. Así se prometió desde el inicio
de esta semana.
El momento que vivimos está siendo plenamente comprendido por nuestras autoridades y que se diseña una salida mucho menos “coyuntural” y con más
visión de largo plazo.
Son tantas las administraciones del Ejecutivo que han sido omisas.
¿O qué grandes cosas se hicieron en el pasado para que hoy no tuviéramos que enfrentar
esta dolorosa crisis?
Si así fuera no estaríamos hoy en medio de una coyuntura donde le pisotean los derechos de la población. Son los criminales los que ponen de rodillas a comunidades enteras, a sus ciudadanos, a sus empresarios (grandes o pequeños), a sus estudiantes (muchas veces obligándolos a trabajar para
sus estructuras de sicarios).
A los medios de comunicación (amenazando y atacando reporteros y redacciones) y, claramente, como hemos podido terminar de constatar a últimas fechas, hasta los propios gobiernos municipales y el cuerpo completo de sus policías.
En varios estados nadie se
ha quedado a salvo.
Ojalá y, efectivamente, esta crisis sirva como ventana de oportunidad para que Enrique Peña Nieto y su gabinete empiecen a sacar al país de la innegable fosa clandestina en la que la inseguridad, el crimen y la impunidad nos han metido a
todos los mexicanos.
Pero ése no puede ser un esfuerzo exclusivo del gobierno: tenemos que participar todos (los partidos, los medios, las ONG, las iglesias, las escuelas, los ciudadanos, todos), porque de lo contrario, seremos corresponsables, así sea por mera omisión, de que la impunidad y la violencia sigan
carcomiendo a nuestro territorio.
De que un caso como el de Iguala, pudiera llegar a repetirse.


