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Primer caso de influenza A H3N2 expone que México no está listo para una nueva pandemia

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AGENCIA

Ciudad de México.- La Secretaría de Salud confirmó el primer caso en México del virus de influenza A H3N2 subclado K, mientras brotes en Europa y Asia generan preocupación internacional. Aunque la administración de Claudia Sheinbaum minimiza el riesgo inmediato de mortandad, expertos y organismos independientes cuestionan si el sistema de salud mexicano cuenta con los recursos necesarios para detectar, contener y atender un posible brote masivo.

Para 2026, el gasto público en salud representará apenas 2.5% del Producto Interno Bruto (PIB), cifra similar al 2.4 por ciento (%) aprobado para este año y por debajo del 2.7% registrado durante la pandemia de covid-19. Jorge Cano, coordinador del programa de Gasto Público de México Evalúa, destacó que la tendencia de subejercicio presupuestal en años recientes reduce la eficacia de los programas de atención sanitaria y amplía las brechas entre personas con y sin seguridad social. Para la población sin seguridad social, el gasto per cápita será de 4 mil 820 pesos, el nivel más bajo desde 2010, afectando a 63.7 millones de personas.

La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) recibirá un presupuesto de 748 millones de pesos, 5.9% inferior al de 2025, mientras que la Dirección General de Epidemiología dispondrá de 492 millones, el nivel más bajo desde 2008, limitando la detección temprana de brotes y la emisión de alertas. El Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (CENAPRECE) contará con mil 394 millones, también menor al presupuesto de años previos.

Expertos en salud advierten que los grupos más vulnerables ante la nueva cepa de influenza incluyen niños, adultos mayores, personas con sobrepeso u obesidad, pacientes con diabetes, enfermedades respiratorias crónicas, alergias respiratorias y enfermedades degenerativas como el cáncer. Las medidas preventivas recomendadas son vacunación oportuna, uso de cubrebocas en espacios cerrados o con aglomeraciones, lavado frecuente de manos, ventilación de espacios y atención médica temprana ante fiebre, tos persistente o dificultad respiratoria.

La vigilancia epidemiológica muestra señales de estancamiento debido a la falta de presupuesto, recursos humanos y centros de salud comunitarios. Gerardo López Pérez, alergólogo e infectólogo pediatra, advirtió que México depende aún de insumos y alertas externas para identificar patógenos, lo que limita la capacidad de respuesta ante un virus con potencial pandémico. “El problema estaría en el diagnóstico, la atención médica y la comunicación de riesgo. Sin educación sanitaria, vacunación suficiente y acceso a medicamentos, la capacidad de respuesta del sistema se reduce desde el inicio”, explicó.

Además, el especialista señaló que el repunte de enfermedades prevenibles por vacunación, como sarampión y tosferina, y la caída en la cobertura de vacunación infantil (de más del 90% a entre 60% y 70%) debilita aún más el control epidemiológico y aumenta el riesgo de brotes.

El caso confirmado de H3N2 subclado K pone en evidencia los retos estructurales del sistema de salud mexicano y reabre el debate sobre la preparación del país ante nuevas amenazas epidemiológicas.

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