


De la redacción
El Buen Tono
Orizaba.- A cuatro meses de concluir su administración, el presidente municipal Juan Manuel Diez Francos vuelve a estar en la mira de la ciudadanía por sus cuestionables decisiones de gasto público. En lugar de atender la demanda de pavimentación y alumbrado en la calle Joya y Gardenias —ubicada entre el Fraccionamiento Luis Donaldo Colosio y la colonia El Espinal—, destinó 8 millones de pesos a la construcción de un techado de cristal en el centro de la ciudad, así como al arreglo de banquetas en buen estado y el reencarpetado de la calle Real.
En contraste, las familias de esta zona popular fueron ignoradas durante sus tres períodos de Gobierno (2007-2010, 2014-2017 y 2022-2025). Mientras en la calle Real, que ya se encontraba en condiciones aceptables, se invirtió en banquetas nuevas, alumbrado sin cables y reencarpetado, esta colonia continúa careciendo de servicios básicos como alumbrado público, lo que evidencia una política municipal que prioriza la imagen turística sobre las necesidades urgentes de la población.
El pasado 19 de marzo, los vecinos, cansados de las promesas incumplidas, enfrentaron al alcalde y lo calificaron de “vividor”. Durante la visita de supervisión que realizó junto con el coordinador de Obras Públicas, Raúl Martínez Maceda, Diez Francos se defendió argumentando que trabaja “gratuitamente”, lo que provocó burlas e incredulidad entre los presentes. La tensión aumentó cuando el edil, visiblemente molesto, respondió a los habitantes: “Pues cámbiese de ciudad”.
Estos reclamos ponen al descubierto la falta de empatía y voluntad política para atender a los sectores más humildes de Orizaba, donde el rezago en infraestructura básica sigue siendo una deuda pendiente. Mientras tanto, las obras suntuarias en zonas céntricas se presentan como trofeos de una administración que gobierna de espaldas a la gente.

