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¿Quién apadrina a quién?

Superiberia

Córdoba.- En la feria de las vanidades, pareciera que muchos se sienten con capital político, social o económico para participar en las futuras elecciones. 

Cuando es claro que la política “deja” y el imaginario social no encuentra a políticos “pobres”, todos buscan y muchos quieren participar para lograr un puesto de elección popular, lo mismo para seguir viviendo del presupuesto, que para enderezar su condición económica y sumarse a la pléyade de ricachones que hacen fortuna, más que explicablemente, en sólo un par o tres añitos.

Otros, más avezados y experimentados, utilizan sus antecedentes y pretenden cobrar facturas para, ahora sí, dejarse apapachar por el populacho que fácilmente olvida o simplemente aprovecha la ocasión para hacerse de una camiseta nueva, una gorra o una despensa. Claro, si cualquiera de estos artículos llega acompañado de una tarjeta de Soriana o un billetito, pues con mayor razón.

Lo de menos, dicen los que saben, es quiénes lleguen a los escaños o a las curules. Lo importantes es para quién van a trabajar, y entonces lo que hay que escarbar un poquito es en saber quiénes son los que promueven a los suspirantes. Quiénes negocian debajo de las mesas y los escritorios para colocar a sus peones y uno que otro alfil.

En todos los partidos políticos hay cabida para estos manipuladores que se benefician de jugosos contratos, de concesiones y franquicias, entre otros dividendos, cuando logran colocar a sus recomendados en los puestos de decisión o de bancada. Son votos útiles para el sistema y para quienes de
él se benefician.

Y aunque todavía falta, ya se puede ir vislumbrando, y entre los nombres de los pretensos se puede alcanzar a ver a estos interesados en apoyarlos, en balconearlos, en posicionar a unos y denostar a otros, porque en la política a la mexicana de todo se vale. El corrompido sistema involucra en sus alcances a todos los partidos, para eso los creó, para eso los mantiene, para “legitimar sus triunfos”.

Los dirigentes de los partidos son los que menos peso político tienen, y a menudo son personajes que sólo esperan cumplir bien su encomienda para que también, en algún momento, les toque algo.

 

¿Quiénes son los que juegan a Maquiavelo? 

Revisemos la lista:

El Partido del Trabajo informó por facebook, “a los militantes y simpatizantes”, que el Contador Guillermo Santos Martínez “es oficialmente precandidato a diputado federal de mayoría relativa, y que fue registrado ante la Comisión Nacional de Candidaturas de ese Partido”.

Lo que no dijo, es que Santos Martínez era panista y de hecho excandidato de Acción Nacional, quien había cambiado precisamente la candidatura a Carlos Hermosillo. En su página de facebook, el precandidato petista aclaró que ya no es panista, pues ese partido, “en las manos actuales de los dirigentes se ha vuelto
sólo comparsa del PRI”.

Otro precandidato, Juan Carlos Castro Pérez, más conocido por haber sido ya diputado local por el PAN, ahora buscará la curul con la marca del  Movimiento Ciudadano. Hace unos 14 meses dio a conocer su renuncia a Acción Nacional, también porque “La crisis del PAN es de deterioro ético,
de ruptura moral”.

Castro Pérez acusó entonces que el PAN “esta cooptado por quienes en el uso de los puestos del anterior gobierno, sin  escrúpulos y ningún compromiso con los principios de doctrina, afiliaron como  militantes a beneficiarios del programa “Oportunidades” mediante la manipulación, el engaño o la presión; y que se encuentra secuestrado por gente que en el PRI instauró los viejos vicios”.

Juan Gerardo Perdomo Abella también se registró sólo que en Acción Nacional. Hace unos días renunció a su puesto en la administración municipal de Córdoba. El hijo de panistas y con muchos parientes priístas y del Movimiento Ciudadano, se apuntó para contender en la interna y parece que va sólo en ese intento, luego de la sorpresiva renuncia de la precandidata Marisol Arroniz, empresaria impulsada por quien, sin ser panista, mueve los hilos en el Comité Municipal de Acción Nacional.

Jesús Orlando Hernandez Frías, quien podría contender por el distrito como Candidato Ciudadano, es suegro de Alfredo Grajales, actual diputado local del grupo del secretario de Gobierno
Gerardo Buganza.

Y hay más, porque hay más partidos. Es el caso de Jorge Luis Martínez Ballesteros, también de origen panista y actualmente presidente del CDM del PRD en Córdoba. Irá por este partido precisamente en busca del
voto ciudadano.

Todos, con excepción de Juan Gerardo Perdomo, podrían estar jugando a integrar la lista, sabiendo que no pasarán a ser parte de la más lista de las listas. Todos podrían hacer campañas más o menos decentes, más o menos costosas, con recursos provenientes de la misma canasta, pues hay un PRI al que le interesan estos precandidatos, fáciles, sin oportunidad de vencer a un sistema especializado en orquestar procesos electorales suficientes para “legitimar” el triunfo de sus propios intereses, de sus peones, pues.

 

de la redacción

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