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“Ratas” casas de empeño y gasolineras en la ciudad

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Orizaba.- Monte Providencia, Prendalana, Monte de la República y Mega Empeños de Orizaba, fueron suspendidas por personal de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) al violentar los derechos de la población que utiliza sus servicios, ahora tendrán que corregir sus acciones para volver a funcionar.

La falta de respeto a los tiempos en los empeños, pesaje y avalúos injustos, además de altos intereses, son las violaciones más recurrentes. 

A partir de este operativo se hará un diagnóstico sobre el número de estos negocios que invariablemente tendrán que regularizarse.

La Profeco hizo ayer un operativo en negocios del giro donde detectó falta de seguros para dar certeza a los valores que reciben en prenda, contratos poco legibles y falta de permisos de funcionamiento, entre otras irregularidades que llevaron a la sanción y colocación de los sellos correspondientes, explicó el delegado del organismo, Gilberto Ojeda Camacho, quien encabezó el operativo.

Indicó que en casos como el de Empeño Providencia al saber que llegaba el operativo, pagó su permiso a las 9:35 horas, pero no requisitó el resto de exigencias y lo demás que violentan los derechos de los pignorantes.

El funcionario también visitó el Nacional Monte de Piedad a donde también hizo recomendaciones al personal  para cumplir con las normas de las llamadas “letras chiquitas” en los contratos, pidió que colocaran los letreros a la vista del público y con letras grandes.

Entre mas rápido subsanen sus faltas, más pronto les será retirado el sello de suspensión y adelantó que para verificar un centro de empeño, la Profeco generó una orden y cada diligencia tarda más de dos horas. 

Ayer se habían supervisado cuatro centros de empeño, y todos fueron suspendidos, el personal del resto de casas de empeño seguro se enteró de la supervisión y ya están corrigiendo, indicó.

Adelantó: “El que avisa no es traidor”, aludiendo que el personal a su cargo no sólo busca sancionar a los negocios, sino que se regularicen todos y al mismo tiempo dar certeza a la población de que las operaciones que realiza, el empeño de sus valores y resguardo de los mismos es justo, legal y verídico.

Pagar un seguro por parte de las casas de empeño es básico, porque ellas reciben las prendas de las personas a quienes les importa tanto el valor sentimental como material, “y aquí se les pone el valor que los señores prestamistas quieren, pero además si llegaran a sufrir un robo o un siniestro, no hay  ninguna garantía, el seguro es fundamental para garantizar la integridad de los objetos que se quedan en prenda, porque además esos objetos no son de ellos”, remarcó.

Recordó que por las propias reglas con que operan estos negocios, la mayoría de usuarios queda en indefensión, la población firma los contratos por necesidad pero no los lee porque además no están a la vista o están pero no son legibles y ya desde ahí hay abuso, no dejan que las personas vean qué
están firmando al momento de que los atienden y luego no pueden reclamar nada.

 

Matilde De los Santos 

El Buen Tono

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