

Tinta ácida
El Buen Tono
Zongolica, Ver. —El Ayuntamiento de Zongolica, encabezado por Wenceslao Cosme Reyes, reabrió el Salón Social Ray Pérez y Soto tras años de abandono, en un evento cargado de actos simbólicos y musicales. Sin embargo, la rehabilitación de este espacio evidencia un uso cuestionable de recursos públicos, en un municipio donde los caminos rurales siguen en el olvido y las comunidades carecen de infraestructura básica.
La obra fue presentada como un logro de la administración, pero no se informó el monto invertido ni las razones por las que se priorizó un salón social sobre necesidades más urgentes. Mientras se organizan ceremonias con música y discursos, los accesos a varias comunidades permanecen intransitables, en mal estado o completamente destruidos. La población sigue enfrentando condiciones críticas de movilidad, sin respuesta concreta del gobierno local.
No existió consulta ciudadana sobre la pertinencia de rehabilitar el inmueble en este momento. La administración optó por destinar recursos al rescate de un salón cerrado durante años, en lugar de canalizarlos a la rehabilitación de caminos y carreteras que afectan diariamente a cientos de habitantes. La falta de transparencia en la toma de decisiones refuerza las críticas contra el alcalde por priorizar actos públicos en lugar de atender las carencias reales del municipio.
La reapertura del salón no resuelve el abandono histórico del lugar ni representa una mejora estructural en la calidad de vida de la población. En cambio, refleja el desinterés por las necesidades básicas de las comunidades rurales, donde las condiciones viales limitan el acceso a servicios, salud, comercio y educación. La rehabilitación de un inmueble social pudo esperar; los caminos, no.
