


Alejandro Aguilar
El Buen Tono
Córdoba.- El ayuntamiento hace recortes en el área de Limpia Pública, pese a la grave crisis de gestión de residuos en que tiene a la ciudad de Córdoba. El golpe más severo es a los recolectores, cuyo número se desplomó de 88 a 63 trabajadores.
Al borde del colapso sanitario, con basura acumulándose en colonias y el ayuntamiento recurriendo al costoso e insólito traslado de desechos a Medellín, un análisis de los datos internos de la administración revela una estrategia contraproducente: la drástica reducción del personal operativo de Limpia Pública. Lejos de fortalecer el servicio, la administración ha preferido desmantelar la plantilla laboral que constituye la primera línea de defensa contra la inmundicia.
La comparación de los resúmenes estadísticos del primer y segundo trimestre de 2025 es elocuente. En apenas tres meses, la plantilla de Limpia Pública se redujo de 174 a 165 empleados, una pérdida de 9 puestos de trabajo. Sin embargo, esta cifra general esconde recortes profundos en las áreas neurálgicas. El registro más alarmante fue en recolectores de 88 a 63, perdiendo 25 trabajadores esenciales, el corazón de la recolección. Los puestos de barrendero con bajas significativas, de 42 a 37 empleados. Esas disminuciones en puestos de base, aquellos que hacen el trabajo físico y directo, explican el atraso en las rutas de recolección y acumulación de residuos en espacios públicos.
La proporción de empleados de confianza, aunque bajó ligeramente del 82.2 % al 72.1 %, sigue siendo abrumadoramente mayoritaria. Esto significa que, de los 165 empleados restantes, 119 son de confianza y 46 de base. La administración prioriza así los puestos administrativos y de supervisión sobre quienes barren y los que recogen la basura.

