Efraín Hernández
El Buen Tono
Fortín, Ver.- Sin respaldo ciudadano y con su credibilidad por los suelos, el presidente municipal Gerardo Rosales Victoria intenta desesperadamente lavarse la cara pública recurriendo a medios de comunicación afines, en un intento evidente por levantar su deteriorada imagen de cara al cierre de su administración.
Pese a sus esfuerzos, en su propia página oficial de redes sociales, los comentarios de los ciudadanos son implacables. Lejos de mejorar su percepción pública, los fortinenses lo tundieron por la ineficiencia, el abandono institucional y los múltiples señalamientos de corrupción que arrastra su gobierno.
Durante el reciente periodo de veda electoral, Rosales Victoria optó por ocultarse tras el pretexto de no poder emitir mensajes oficiales, pero en realidad fue una estrategia para evadir su responsabilidad ante las problemáticas que azotan a Fortín, como la crítica escasez de agua potable en diversas colonias y comunidades.
Además, la corrupción dentro de la Comisión de Agua y Saneamiento de Fortín (CASF) ha sido otro de los temas que más indignación ha generado, sin que el munícipe haya tomado acciones concretas para sancionar o corregir dichas irregularidades.
