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Redescubren en Sinaloa a la ‘chuparrosa amarilla’ después de más de un siglo desaparecida

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AGENCIA

Sinaloa.- La chuparrosa amarilla, una planta de la familia de los acantos también conocida como flor de camarón, no había sido vista en más de 115 años hasta su reciente redescubrimiento en Cosalá, Sinaloa, gracias a la colaboración de naturalistas durante el Reto Naturalista 2023.

El hallazgo se dio cuando el observador cjrt17 registró la especie durante el evento. Su observación fue revisada por el curador oscargsol, quien alertó al especialista Juan Fernando Pío León (pioleon) sobre la posibilidad de que se tratara de una planta considerada desaparecida. Tras un año de revisión de imágenes, Pío León contactó al profesor guillermo\_1985, de la Universidad del Bienestar en Cosalá, quien coordinaba el reto en la región. Juntos organizaron el monitoreo de la floración y lograron colectar ejemplares para su análisis.

La confirmación del redescubrimiento fue publicada el 7 de agosto de 2025 en la revista Phytaxa, con la colaboración de varios especialistas, entre ellos xanergo, otro naturalista destacado de la plataforma.

La especie había sido colectada por primera vez en 1910 cerca de El Fuerte, Sinaloa, por el botánico estadounidense Joseph N. Rose. No obstante, las poblaciones originales se consideran extintas, ya que tras décadas de búsqueda no se volvieron a encontrar en la zona. Fue hasta ahora que nuevos individuos fueron observados en un fragmento de bosque en las afueras de Cosalá, rodeado de áreas de cultivo y pastoreo.

El acanto, familia a la que pertenece la chuparrosa amarilla, cuenta con más de 2,000 especies distribuidas en diversas regiones del mundo. Muchas de ellas son aprovechadas por sus propiedades medicinales y ornamentales. En la historia de la arquitectura, las hojas de acanto han sido símbolos de inmortalidad, utilizadas en los capiteles de columnas corintias desde el siglo V a.C. en Grecia.

Los Retos Naturalistas, como el que permitió este hallazgo, son iniciativas que invitan a la sociedad a participar activamente en la observación y documentación de la biodiversidad, mostrando que incluso especies consideradas perdidas pueden volver a ser descubiertas gracias a la ciencia ciudadana.

El especialista Juan Fernando Pío León, quien participó en la identificación de la planta, es referente en el estudio de flora del noroeste de México. Ha descrito 19 especies nuevas para la ciencia y cuenta con más de 40 trabajos de investigación en etnobotánica, taxonomía y biogeografía.

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